Por Sergio Pintado
La aparición de nuevas enfermedades
pulmonares en EEUU encendió la alarma sobre los peligros reales detrás de los
vaporizadores, cada vez más consumidos en América Latina. Mientras México
organiza una mega convención de 'vapeadores', los consumidores siguen eludiendo
las restricciones para su comercialización.
Los vaporizadores o cigarrillos
electrónicos volvieron en los últimos días al centro de la polémica, luego de
que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la posibilidad de
prohibir la comercialización de cartuchos saborizados. La declaración se dio
ante la muerte de siete personas y la acumulación de pacientes con enfermedades
pulmonares derivadas de estos dispositivos.
En efecto, la preocupación de las
autoridades parece centrarse especialmente en los vaporizadores que utilizan
cartuchos con tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo
del cannabis.
Según los Centros para el Control y
la Prevención de Enfermedades de EEUU, las siete víctimas se registraron en los
estados de California, Illinois, Indiana, Kansas, Minnesota y Oregon. Además,
hay 36 estados que registran, en total, más de 400 pacientes con enfermedades
pulmonares asociadas al uso del cigarrillo electrónico.
Mientras las autoridades evalúan
nuevas restricciones, como la que ya tomó el estado de Nueva York al prohibir la venta de vaporizadores saborizados, la ciencia
intenta establecer la verdadera relación entre las enfermedades y los aceites
utilizados por los dispositivos.
Un estudio publicado en la revista científica New England Journal
of Medicine detectó que en un grupo de 53 pacientes, el 84% dijo haber
utilizado dispositivos con THC. Si bien entre los pacientes fueron relevadas 14
marcas diferentes de productos con THC y 13 con nicotina, el estudio destaca
que más de la mitad de los usuarios utilizaron productos de una marca conocida
como 'Dank Vape'.
Precisamente, 'Dank Vape' es una de
las marcas mencionadas como relacionadas a las enfermedades pulmonares por el
Departamento de Salud del Gobierno de Nueva York, junto con 'Chronic Carts',
debido a la presencia de altos niveles de acetato de vitamina E.
Según el departamento de Salud
neoyorkino, se sabe que la vitamina E no es dañina cuando se la utiliza
como suplemento alimenticio o es aplicada en la piel pero no están
claros sus efectos cuando es inhalada, como sucede con los vaporizadores. Para
las autoridades, las "propiedades oleosas" de la vitamina E podrían
estar asociadas a las enfermedades pulmonares.
Pero los cuestionamientos a los
cigarrillos electrónicos también tienen su contraparte entre los usuarios y
empresas que se dedican a una industria que, más allá de la polémica, continúa
creciendo en el mundo. Un ejemplo de ello es la 'Vape Trade Convention', un
encuentro latinoamericano de usuarios de vaporizadores que se realiza en Ciudad
de México y que tendrá en noviembre su tercera edición.
Rafael Flores Vega, responsable de
marketing de VTC, dijo a Sputnik que en muchos de los casos de intoxicaciones
con vaporizadores la responsabilidad es del usuario. "No podemos controlar
que algún usuario utilice un cartucho de vaporizador con sustancias que son
ilegales en ese país", apuntó.
De hecho, la propia empresa 'Dank
Vapes' dedica varias publicaciones en su web y redes a aconsejar a sus usuarios
cómo detectar 'cartuchos falsos', que no contarían con las garantías en su
elaboración.
Los que siguen confiando en los
vaporizadores
Al tiempo que las autoridades
sanitarias de los países se esfuerzan en actualizar las regulaciones, los usuarios
de los cigarrillos electrónicos parecen no dejar de crecer. Según un relevamiento de
Euromonitor, la cantidad de usuarios de vaporizadores en todo el mundo pasó de
7 millones en 2011 a 35 millones en 2016 y podría alcanzar los 55 millones de
usuarios en 2021
De todos modos, las regulaciones han
tenido efecto, dado que el ritmo de crecimiento en el uso de estos dispositivos
se enlenteció. Mientras la cantidad de usuarios aumentó 818% entre 2011 y 2016,
el crecimiento esperado entre 2016 y 2021 sería de 176%.
América Latina no escapa a la
tendencia y la VTC bien puede considerarse una muestra de ello. Según sus
organizadores, la edición de 2018 (la segunda en realizarse) atrajo a unas
8.000 personas en sus tres días de duración. En 2019 aseguran que convocarán a 12.000.
El evento, que se promociona como la
convención de vapeo más grande de Latinoamérica, reunirá a 500 empresas
dedicadas a la venta de vaporizadores. Flores Vega apuntó que expondrán marcas
mexicanas, estadounidenses, chinas e incluso colombianas, entre otros países.
Para Flores Vega, brindar información
a los consumidores nuevos o ya experimentados de cigarrillos electrónicos es
fundamental "para que el cliente no tenga un accidente en el futuro".
"Obviamente tienes que seguir
las precauciones en el uso de un vaporizador y tener una guía muy importante.
Sabemos que si tienes un exceso de nicotina te puedes intoxicar",
advirtió.
En esa línea, las redes sociales de
VTC dedican varias publicaciones a informar a sus seguidores sobre
algunas sustancias contenidas en los vaporizadores como la glicerina
vegetal y el propilenglicol, dos sustancias aceitosas que se utilizan para
lograr un mejor 'golpe de garganta', como se denomina al fenómeno que da al
usuario la sensación de fumar.
Las publicaciones también dan
consejos para resolver algunos problemas comunes, como la 'lengua de vapeador',
un fenómeno que provoca que el usuario deje de sentir el sabor de los
vaporizadores durante varios días.
Flores Vega defendió la utilidad de
los vaporizadores como una alternativa para las personas que quieren dejar de
fumar cigarrillos tradicionales. "Tenemos que hacer entender a la gente
que no consumimos sino que queremos dejar de fumar y esto nos puede
ayudar", sostuvo, asegurando que los vaporizadores son más efectivos que
los parches o chicles con nicotina.
Para el representante de VTC, esto es
una de las claves del crecimiento en el uso de los cigarrillos electrónicos.
"Hay mucha gente que está acercándose porque están hartos de oler feo, de
tener problemas por el cigarro y quieren empezar a usar vaporizadores",
apuntó.
¿Qué dice la OMS?
La Organización Mundial de la Salud
(OMS) tiene otra mirada al respecto. En el informe presentado en 2019, la
organización señala que los 'sistemas electrónicos de administración de
nicotina' (SEAN) son "un grave problema de salud pública" debido a
que "los aerosoles que liberan los SEAN contienen sustancias tóxicas que
pueden aumentar el riesgo de sufrir cáncer y enfermedades cardiovasculares o
pulmonares de cualquiera de sus usuarios".
El mismo organismo reconoce que los
vaporizadores podrían ser menos perjudiciales que los cigarrillos
tradicionales, consignando que existe "un intenso debate en torno a la
posibilidad de que los SEAN sirvan para dejar de fumar o si, de hecho, son un
primer escalón al tabaquismo". De todos modos, apunta en su informe que
"todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones".
El informe también recuerda la
decisión de la Conferencia de las Partes de 2016 (COP7) en la que la OMS invitó
a los países a "prohibir o restringir la fabricación, la importación, la
distribución, la oferta, la venta y el uso" de los vaporizadores, con el
objetivo de impedir que sean utilizados por no fumadores, así como
"prohibir los mensajes sobre supuestas virtudes sanitarias
infundadas" de los dispositivos.
¿Quiénes lo prohíben en América
Latina?
A pesar de que albergará a la mayor
convención sobre vaporizadores de América Latina, México es uno de los países
que tiene restricciones legales a su comercialización. De todos modos, existe
un vacío legal, ya que la prohibición surge del artículo 16 de la Ley General para el Control del
Tabaco, que restringe la venta de artículos que se asemejen a productos de
tabaco pero no menciona específicamente a los cigarrillos electrónicos.
Venezuela, Argentina, Brasil y
Uruguay también tienen prohibida la comercialización de cigarrillos
electrónicos, entendiendo que no está comprobado que su uso sea inofensivo a la
salud. Sin embargo, en esos países los dispositivos se venden igualmente a
través de Internet, aprovechando los vacíos legales del comercio online.
La posibilidad de acceder a los
dispositivos evadiendo los posicionamientos de los gobiernos permite, por
ejemplo, que en Argentina el 7,1% de los adolescentes de entre 13 y 15 años
consuman cigarrillos electrónicos, según la Encuesta Mundial de Tabaquismo en Jóvenes
difundida por la prensa local. El mismo estudio revela que un 14,4% alguna vez
los probó.
En México, aunque de menor magnitud,
también hay un consumo importante entre adolescentes: 6,5% de los que tienen
entre 12 y 17 años ha probado alguna vez y el 1,1% lo hace regularmente, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de
Drogas, Alcohol y Tabaco 2016-2017.
Las restricciones también avanzan en
Colombia, donde el Senado aprobó recientemente un proyecto de ley para prohibir
la venta a menores de edad y restringir la publicidad y las vías de
comercialización. Una regulación que intenta atender el alto consumo en el país
que lidera las estadísticas de ventas de cigarrillos electrónicos, totalizando
ingresos por 8,6 millones de dólares en 2018, según Euromonitor.
Le sigue Chile, con 400.000 dólares
en ventas, donde aún no hay restricciones legales y recién en 2019 el
Ministerio de Salud chileno se planteó regularlo.