Investigación
exploró impacto de los programas de vacunación solo a niñas en lugares donde
esta medida ya lleva más de ocho años
En Costa
Rica, la vacuna contra el virus del papiloma humano se coloca a niñas de diez
años. / Fotografía: John Durán
Los programas
de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en niñas sí reducen
sustancialmente las infecciones y lesiones precancerosas en la población.
Así lo señala
un análisis de 65 estudios médicos en 14 países, que tomó en cuenta a 60
millones de personas. La investigación fue desarrollada por el Grupo de Estudio
de Impacto de la Vacunación contra VPH, agrupación de profesionales adscritas a
la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados fueron publicados en
la más reciente edición de la revista The Lancet.
Los
investigadores se concentraron en buscar las infecciones por el virus, y
además, en medir si había impacto en el número de lesiones.
Ellos se
concentraron en ver si había reducción de verrugas genitales o anales y de
displasias grado dos en el cérvix (CIN2+), signos considerados como precursores
del cáncer de cuello uterino.
Se analizaron
23 estudios que hablaban de la infección con el virus, 29 que exploraron las
verrugas anogenitales y tres que vieron las lesiones precancerosas en el
cérvix.
Números
positivos
Este
metaanálisis encontró que las infecciones con las cepas 16 y 18, que causan el
70% de los tumores cervicales se redujeron significativamente: un 83% en las
jóvenes entre los 13 y 19 años, y un 66% en quienes tienen entre 20 y 24 años.
En las
adolescentes también se vio una reducción del 54% de otros tres tipos de virus:
el 31,33 y 45, que no están cubiertos por todas las vacunas.
Los
científicos, igualmente, encontraron reducciones significativas en verrugas
anogenitales. Luego de ocho años de programas de vacunación, estas se redujeron
en un 67% en las jóvenes entre los 15 y 19 años, un 54% en quienes tienen de 20
a 24 años y un 31% en las mujeres de 25 a 29 años.
Además,
también se vio una reducción de este tipo de verrugas en los hombres: de un 48%
en quienes tienen de 15 a 19 años y de un 32% en quienes están entre los 20 a
24.
De cinco a
nueve años después de iniciados los programas de vacunación, las lesiones CIN+2
también bajaron de forma significativa: en un 51% en las menores de 15 a 19 y
en 31% en quienes tienen de 20 a 24 años.
“Nuestros
resultados proveen evidencia fuerte de que la vacunación contra el VPH trabaja
para prevenir el cáncer de cérvix, dado que tanto las infecciones y las
lesiones precanerosas están disminuyendo. Vemos que los programas con mayor cobertura
y los que cubren a personas de varias edades tienen más impacto y mayor efecto
rebaño (los vacunados protegen a los no vacunados de una infección)”, destacó
en un comunicado de prensa Mélanie Drolet, una de las investigadoras.
“Este
hallazgo refuerza la posición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de
vacunar a niñas entre los nueve y 14 años”, añadió.
¿Por qué es
importante la vacunación?
Desde inicios
de junio, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) inocula a las niñas de
diez años con la vacuna cuadrivalente, que protege contra los tipos 6, 11, 16 y
18 del VPH.
Los tipos 16
y 18 son responsables de aproximadamente el 70% de los casos de cáncer de
cuello de útero, del 75% al 80% de los tumores anales, del 70% de las lesiones
precancerosas de vulva y vagina relacionadas y del 75% de las lesiones
precancerosas del ano.
Por su parte,
tipos 6 y 11 del VPH son responsables de aproximadamente el 90% de los casos de
verrugas genitales.
De esta forma
se protege contra cáncer de cérvix, también de la posibilidad de tumores en el
ano, vulva, vagina y de verrugas genitales.
Estudios a
futuro
Los
investigadores están claros en que este es un tema al que se le debe dar
seguimiento constante, dado que un número creciente de países incorporan esta
vacuna en sus sistemas de salud pública, cada vez hay más naciones que incluyen
a los hombres en su esquema, y, además, los laboratorios farmacéuticos trabajan
en mejoras a la vacuna y en saber si con menos dosis se puede obtener la
protección necesaria.
“El panorama
de la vacunación contra VPH cambia muy rápido. Varios países cambiaron
recientemente de un esquema de tres dosis a uno de solo dos, más países están
vacunando a la niñez independientemente de su sexo, y, además, las nuevas
vacunas apuntan a proteger contra más tipos de virus. Es crucial seguir
monitoreando el impacto de la vacunación a nivel de toda la población para así
también que se vuelva prioritario que los países más pobres tengan acceso a
este producto”, apuntó Marc Brisson, uno de los investigadores.
En países
pobres y en desarrollo, las condiciones económicas les impiden tener acceso a
una vacuna que puede resultar cara para esas naciones. No obstante, todo este
tipo de evidencia podría motivar a políticas mundiales que busquen favorecer a
estas zonas empobrecidas.
Tomado de La
Nación / Costa Rica