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El senador demócrata Bernie Sanders señaló en una entrevista
que, de llegar a convertirse en presidente de EEUU, cambiaría la política
exterior del país en relación con Oriente Medio, especialmente con Israel, ya
que considera el Gobierno del primer ministro de "extrema derecha con
tendencias racistas".
Asimismo, el político, que proviene de una familia
judía, explicó que utilizaría la ayuda que Washington le presta a Tel Aviv
como una ventaja para lograr que el Gobierno israelí actúe de manera diferente.
"Estamos dando grandes sumas de dinero",
dijo Sanders en una entrevista en el podcast Pod Save America.
"Pero creo que lo que ha sucedido es que, en los
últimos años, bajo [el primer ministro Benjamin] Netanyahu, hay un Gobierno de
extrema derecha con muchas tendencias racistas. El papel de Estados Unidos, y
esto no es fácil, es tratar de llevar finalmente la paz a Medio Oriente y
tratar al pueblo palestino con el respeto y la dignidad que merecen",
sostuvo Sanders.
El precandidato presidencial para las elecciones de
2020, quien también se enfrentó a la exsecretaria de Estado Hillary Clinton
en las primarias el Partido Demócrata en el 2016, no solo criticó el Gobierno
israelí, también pronunció fuertes palabras contra el Gobierno saudí.
"Arabia Saudí es una dictadura fea y malvada...
y, sin embargo, han sido un aliado maravilloso", dijo Sanders.
El senador por el estado de Vermont, conocido por su posición
crítica contra Netanyahu, manifestó que la política de EEUU no puede ser
solo pro-Israel. "Tiene que ser prorregional trabajando con todas las
personas, todos los países en esa área. Lo que debemos hacer es no decir que
somos 100% pro-Israel o 100% pro Arabia Saudí. Odiamos a Irán; odiamos
a los palestinos. Ese no es el papel que deben jugar Estados Unidos",
afirmó.
"Tienes que unir a las personas (…) Hemos gastado
billones de dólares en la guerra contra el terrorismo y yo, de ser
presidente, me gustaría sentarme en una sala con el liderazgo de Arabia Saudí,
con el liderazgo de Irán, con el liderazgo de los palestinos, con el liderazgo
de Israel, y forjar algunos condenados acuerdos, que intenten poner fin para
siempre a los conflictos que allí existen".
Sin embargo, explicó: "viví en Israel. Trabajé en un
kibutz durante varios meses. Tengo familia en Israel. Soy judío. No soy
antisraelí. Creo que el pueblo de Israel tiene absolutamente el derecho de
vivir en paz, independencia y seguridad. Fin de la discusión".
