Científicos
de la Universidad de Granada (UGR), España, han determinado que la ingesta
prolongada de aceite de oliva virgen y, en menor medida, de aceite de
pescado, aumenta la esperanza de vida media en ratas alimentadas durante toda
su vida con cualquiera de estos tipos de grasa de la dieta frente al aceite de
girasol.
El estudio ha
estado liderado por investigadores del Instituto de Nutrición y Tecnología de
los Alimentos José Mataix Verdú, ubicado en el Centro de Investigación
Biomédica de la UGR.
El aceite de
pescado empleado en este estudio no es de uso culinario habitual; la fuente
normal de ácidos grasos omega 3 es la grasa que aporta el pescado consumido en
la dieta o los suplementos w3. En este estudio se ha empleado aceite de
pescado como modelo para comparar frente a los otros dos tipos de aceite,
que sí son de uso culinario habitual.
Para valorar
el efecto del consumo mayoritario de un tipo de grasa u otro se construyeron
curvas de supervivencia de los animales donde se pudo estudiar el ritmo al cual
los animales fueron muriendo de forma natural a lo largo de toda su vida.
Con el
análisis de las curvas de supervivencia se obtuvieron datos como la vida media
y máxima de cada grupo experimental. Además, a cada uno de los animales del
estudio, patólogos especialistas le realizaron una necropsia reglada a medida
que fueron muriendo para analizar todos sus órganos y así poder establecer la
causa más probable de muerte.
Las ratas
fueron alimentadas con diferentes fuentes grasas: las de tipo w9 (omega 9,
presentes en el aceite de oliva virgen), w6 (omega 6, equivalentes al aceite de
girasol) y w3 (omega 3, localizadas en el aceite de pescado).
MAYOR VIDA
MEDIA
Los
resultados mostraron que los animales alimentados con aceite de oliva virgen
presentaban mayor vida media y tenían una curva de supervivencia más extendida
a lo largo de toda su vida en comparación con los alimentados con aceite de
girasol.
Por su parte,
los animales alimentados con aceite de pescado tuvieron también mayor vida
media que los alimentados con girasol, aunque su curva de supervivencia sólo se
extendió con respecto a la de girasol en algunas fases de su vida.
En cuanto a
los hallazgos observados en el estudio de las causas de muerte, no hubo
diferencias significativas entre los grupos en cuanto a la mayor o menor
frecuencia de aparición de un tipo determinado de fallecimiento.
En palabras
de César Luis Ramírez-Tortosa, responsable del equipo de patólogos del estudio,
"estos resultados parecen indicar que la menor vida media y supervivencia
asociada a la ingesta de aceite de girasol no se debería a que esta grasa
potencia la aparición de un mayor porcentaje de muertes debidas a una causa de
muerte concreta, sino que más bien podría deberse a que dichas enfermedades
estarían apareciendo antes en el tiempo".
COENZIMA Q10
En una
segunda parte del estudio, los investigadores utilizaron las mismas grasas
antes descritas pero suplementadas con coenzima Q10 (CoQ10), un antioxidante
que se ha mostrado de utilidad ante algunas patologías asociadas al
envejecimiento.
La adición de
CoQ10 al aceite de girasol hizo que mejorase la supervivencia de las ratas,
igualando los resultados con los hallados en los animales alimentados con los
aceites de oliva virgen o pescado.
Por otro
lado, el CoQ10 no tuvo ningún efecto adicional al ser añadido al aceite de
oliva virgen o al aceite de pescado. Estos resultados podrían indicar, en
palabras de Alfonso Varela, coautor del estudio, que "el uso de
suplementos a base de antioxidantes debería quedar restringido a situaciones
especiales, como las relacionadas con una dieta deficiente o en situaciones
patológicas concretas, mientras que su uso en individuos sanos bien alimentados
no aportaría ningún beneficio adicional, en el mejor de los casos".
Con este
estudio se cierra un ciclo experimental que se inició hace 25 años bajo la
dirección del profesor José Mataix, del cual hace unos meses se han cumplido 10
años de su fallecimiento.
En el estudio
han participado especialistas en Anatomía Patológica del Hospital Universitario
San Cecilio de Granada y del Complejo Hospitalario de Jaén, así como con el
grupo del profesor Maurizio Battino, de la Università Polictecnica delle Marche
en Ancona, Italia, y Visiting Scholar en la UGR.
Fuente:Econoticias.com