Tomado de El
Carabobeño
María Luisa
Gotto Salinas es una periodista egresada de la
Universidad Central de Venezuela, tiene 73 años y dos hijas de su misma
nacionalidad: Patricia, reconocida esgrimista en su país natal;
y Fedora, ingeniera que vive en Chile desde abril de 2015 y cuenta
con residencia definitiva desde junio de 2017. María Luisa, además, es
separada: hace muchos años cortó su vínculo con Policarpo Contreras,
destacado pintor venezolano, reseñó el portal chvnoticias.cl.
Esta podría
ser una nota bibliográfica más, pero cobra relevancia porque es la
historia de una madre y su hija separadas en el Aeropuerto Internacional
Arturo Merino Benítez de Santiago.
Luisa llegó a
la capital chilena en noviembre de 2016. Ese mes se instaló en el hogar de su
hija, ubicado en la comuna de Ñuñoa, con la esperanza de una vida mejor,
lejos de los problemas políticos, económicos y humanitarios por los que pasa su
patria. Una esperanza que, desde la mañana del sábado 6 de julio, ha
comenzado a frustrarse.
Ni un rasgo
de humanidad
El 11 de
abril de este año, Gotto Salinas viajó rumbo a Europa para visitar a su hija
Patricia, que vive en Francia. Tras casi tres meses retornó desde España.
A las 8:30 de la mañana del pasado sábado aterrizó en el Aeropuerto de
Santiago, conocido por su código SCL.
Al
desembarcar y pasar por Migración, la funcionaria miró sus documentos y le
pareció que debía consultar a la Policía de Investigaciones (PDI). Tras ello,
el horror: efectivos de la misma PDI le negaron el acceso al país.
“El
funcionario de más alto nivel, sin siquiera mirarme, sino a viva voz desde
donde estaba, le dijo a la joven: ‘¡Esa señora no entra a Chile!’. Yo
me quedé viendo, nunca supe la razón por la que me impedían la
entrada”, relató Luisa en uno de los tres videos que grabó para
denunciar el hecho.
En un segundo
registro, la mujer explica que no le han aprobado la residencia definitiva
porque “extranjería no ha arrojado todavía un resultado, pero mis papeles
fueron introducidos a tiempo”.
En este
último punto, recuerda que Chile adscribe a un plan de Reunificación
Familiar que se extendió a los venezolanos. En el caso de ellas, acusa, ha
ocurrido justamente lo contrario: la disolución de la familia.
En la tercera
grabación, registrada por un testigo en el aeropuerto, Luisa relata que
posee documentos notariados que demuestran que es dependiente de su hija
Fedora, que tiene permanencia definitiva. Además, tiene prestaciones médicas de
Fonasa ya que es “hipertensa cardíaca y con asma severa”.
Gotto Salinas
denuncia que los funcionarios de la PDI la trataron muy mal: la intentaron
subir de inmediato a un avión sin darle opción de comunicarse con su familia
y le negaron atención médica luego que le subiera le presión producto
del estrés vivido. Cuando pregunté por médico me dijeron que en Chile no
hay de eso. Yo tenía los pies muy hinchados y me sentía mal”,
comentó, añadiendo que ni siquiera le dieron agua cuando les pidió.
“No he
encontrado ni un rasgo de humanidad en estos funcionarios del PDI”,
reclama.
La odisea de
Fedora
CHV Noticias contactó
a la mujer venezolana para escarbar más detalles de la terrible jornada que
vivió. Tras impedirle ingresar al país, quedó bajo vigilancia sin posibilidad
de comer algo. Recién a las seis de la tarde, la gente de Copa Airlines
-encargados de llevarla a Venezuela- le dieron un ticket para
comer: “fui a cobrarlo, pero en el restaurante vieron que estaba vencido. Los
trabajadores del local se apiadaron y me dijeron ‘señora, nosotros
invitamos’. No había comido desde las 8 de la mañana”.
En paralelo a
la pesadilla de Luisa, Fedora también se encontraba en el aeropuerto. “Recibí
un llamado de mi hermana, desde Francia, que me dijo que a mi mamá no
la dejaban entrar a Chile”, relató a nuestro medio.
Tras la
alarma, la ingeniera fue directo a buscarla a la PDI, donde le dijeron que la
habían entregado a la aerolínea Iberia para ser devuelta a España, pero en
Iberia aseguraban que fue trasladada a Copa, donde le comentaron que sería
enviada a Caracas. Todo eso sin saber ningún dato del vuelo ni cuándo
ocurriría el viaje.
Desesperada,
regresó a Policía de Investigaciones donde un empático funcionario le explicó
que el retorno a Caracas ocurría porque en Extranjería aún no aprobaban la
residencia de su madre. Allí solicitó que mantuvieran a su madre en tránsito al
menos hasta el lunes para gestionar con quien fuese necesario la entrada de
Luisa, pero no tuvo éxito.
“El efectivo
me recomendó ir a Migración para hablar de los documentos. Lo hice y me dijeron
que todos los documentos estaban ‘recepcionados’ en el sistema, que no podían
hacer más y que fuera a la PDI porque tienen más información.Corrí
de nuevo a hablar con ellos”, cuenta Fedora.
Fedora volvió
a hablar con la policía en el aeropuerto, pero esta vez, la tercera, fue la
peor de todas. “Esperé más de 35 minutos a que el jefe de la PDI saliera; su
apellido era Donoso, no me dijo el nombre. Preguntó por ‘el familiar’ de mi
madre y le dije que era yo. Él me levantó la voz y gritó que yo no
tenía capacidad de entendimiento, que le había hecho perder tiempo a los
funcionarios y que yo era irrespetuosa de la ley chilena por no acatar
lo que ellos me habían dicho. Terminó con que esperaba que no insistiera
una cuarta vez o él tomaría acciones”, recuerda con impotencia.
Vuelta a
Venezuela
Los papeles
de Luisa para establecer su residencia definitiva en Chile fueron enviados el 5
de enero de este año a Extranjería, antes del vencimiento de su visa temporaria.
“Estábamos cumpliendo con la ley. La web de Extranjería dice quetienen 45 días
para dar una respuesta, pero por la alta demanda de trámites, a la fecha no ha
avanzado el procedimiento y eso escapa de nuestras manos”, explicó
Fedora.
“Ya no me da
frío, sé vestirme por capas, vivo en Ñuñoa, pago la luz, el agua, soy una
chilena más”,comentó la mujer que detalló de todas las formas posibles
que su madre también es parte de esa vida.
De todos
modos, y tras soportar una jornada completa retenida y humillada en el
aeropuerto, el vuelo 174 de Copa Airlines la devolvió a Venezuela a
las 2:13 de la madrugada del domingo 7 de julio.
La respuesta de la PDI
Mediante un
correo electrónico, CHV Noticias se contactó con la Policía de
Investigaciones exponiéndole el caso y adjuntando los tres videos, el
comprobante de envío de los documentos para su residencia definitiva en Chile, una
copia del carnet de identidad chileno que le quitaron en el aeropuerto,un
registro ante notario de la residencia de Luisa con su hija y una captura de
pantalla de Extranjería que menciona la recepción de documentos en esa entidad.
La respuesta
de la PDI detalla textual:
“Respecto al
caso planteado, informamos que a la señora María Luisa Gotto se le
permitió el ingreso a nuestro país por razones humanitarias, el mismo día de su
arribo al territorio nacional desde España, proceso que fue observado por
personal del Instituto Nacional de DD.HH. Cabe señalar, que a la señora Gotto, en
una primera instancia se le impidió la entrada a nuestro país por no
contar con el nuevo visado requerido para los ciudadanos venezolanos, esto
de acuerdo a las instrucciones emanadas del Departamento de Extranjería y
Migración del Ministerio del Interior. En este contexto, a la fecha, la PDI no
ha recibido ningún reclamo formal sobre la situación denunciada ante este medio
de comunicación”.
El correo
dice que se aceptó el ingreso de Luisa, no obstante, ella volvió a Venezuela
en el mencionado vuelo de Copa Airlines. Éste tuvo por ruta SCL
(Santiago), PTY (Panamá City) y por último CCS (Caracas). En el trayecto,
además, le perdieron el equipaje.
Lee el
trabajo completo en chvnoticias.cl
Nota de la redacción de ETD. María Luisa Gotto es una periodista que hizo en Carabobo casi toda su carrera profesional, de hecho, es jubilada de nuestra alma mater , ha estado vinculada, por años ,al mundo de la cultura y es muy apreciada entre los comunicadores sociales. Vaya a ella nuestra solidaridad.
Nota de la redacción de ETD. María Luisa Gotto es una periodista que hizo en Carabobo casi toda su carrera profesional, de hecho, es jubilada de nuestra alma mater , ha estado vinculada, por años ,al mundo de la cultura y es muy apreciada entre los comunicadores sociales. Vaya a ella nuestra solidaridad.