La exposición a largo plazo al ruido procedente del
tráfico rodado está asociada a un incremento en el riesgo de obesidad.
Así lo muestran las conclusiones de un estudio en el que ha participado el
Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), un centro impulsado por la
Fundación Bancaria “la Caixa”. La investigación ha sido publicada en la revista
Environment International.
El trabajo contrasta los resultados anteriores que ya habían
mostrado relaciones entre el ruido del tráfico y diversos marcadores de
obesidad. Para ello, contaron con 3.796 personas adultas que participaron en la
cohorte suiza SAPALDIA y a las que se efectuaron dos visitas de seguimiento
entre los años 2001 y 2011.
La investigación se apoyó en medidas objetivas como el peso,
la altura, el índice de masa corporal, el perímetro de la cintura y el
porcentaje de grasa abdominal de cada participante. Estos datos se combinaron
con estimaciones de la exposición al ruido generado por medios de transporte
elaboradas en el marco del proyecto suizo SiRENE.
“Nuestro análisis muestra que, efectivamente, las personas
que están más expuestas al ruido del tráfico rodado tienen un mayor riesgo de
obesidad. Por ejemplo, observamos que un incremento de 10 dB en la media de
ruido al que estaban expuestos los y las participantes se traducía en un 17%
más de obesidad”, explica Maria Foraster, investigadora de ISGlobal y primera
autora del estudio.
El estudio también analizó la exposición al ruido generado
por el tráfico aéreo y ferroviario, sin encontrar asociaciones significativas,
salvo en el caso de la exposición a largo plazo al ruido del tráfico
ferroviario, que sí se relacionó con un mayor riesgo de sobrepeso, pero no de
obesidad.
La investigación se apoyó en medidas objetivas como el peso,
la altura, el índice de masa corporal, el perímetro de la cintura y el
porcentaje de grasa abdominal de cada participante.
Un problema de salud pública
El diseño metodológico contemplaba el abordaje de los datos
desde dos aproximaciones diferentes: un enfoque transversal permitió realizar
un análisis de la población participante en un momento concreto del estudio y
examinar diversas medidas objetivas, mientras que la perspectiva longitudinal
evaluó la evolución del riesgo de obesidad del periodo investigado en su
conjunto.
Tanto en un caso como en otro las asociaciones halladas en lo
que se refiere al ruido procedente del tráfico resultaron consistentes. No fue
así en lo que se refiere al sobrepeso, que solo se relacionó con la exposición
al ruido del tráfico en el análisis transversal. Tampoco se observó relación
del ruido con cambio en el índice de masa corporal, medida de forma continua,
en los análisis longitudinales.
“Nuestro estudio aumenta la evidencia acerca de los posibles
efectos del ruido del tráfico sobre la obesidad, al encontrar los mismos
resultados que estudios anteriores en una nueva población. Sin embargo, se
requieren más trabajos longitudinales para confirmar la asociación y examinar
algunas inconsistencias para las que hasta la fecha no hemos logrado hallar una
explicación de consenso”, declara Maria Foraster.
La exposición sostenida al ruido es un problema de salud
pública que, por desgracia, está muy extendido y es más grave de lo que se
cree. El ruido genera estrés y afecta al sueño. El estrés produce cambios
hormonales y aumenta la presión arterial. Además, la alteración del sueño
desregula la glucosa y altera el apetito, entre otros efectos.
“A largo plazo, esto puede conducir a alteraciones
fisiológicas crónicas. Esto explicaría que la exposición persistente al ruido
del tráfico se asocie a enfermedades cardiovasculares, lo cual está probado, o
las asociaciones recientes con diabetes y obesidad. Reducir el ruido del
tráfico también podría ser una forma para luchar contra la epidemia de
obesidad”, añade Maria Foraster.
Referencia bibliográfica:
Foraster M, Eze IC, Vienneau D, Schaffner E, Jeong A,
Héritier H, Rudzik F, Thiesse L, Pieren R, Brink M, Cajochen C, Wunderli JM,
Röösli M, Probst-Hensch N. Long-term exposure to transportation noise and its
association with adiposity markers and development of obesity. Environ Int.
2018 Oct 18;121(Pt 1):879-889. doi: 10.1016/j.envint.2018.09.057. [Epub ahead
of print] PMID: 30347370
Fuente: ECOticias.com