Por Werner Pertot / Tomado de Página 12 – Argentina
Pese a que hizo todos los intentos por despegarse, el
presidente Mauricio Macri terminó enredado en la suspensión del partido
amistoso entre la selección argentina y la israelí. Aunque Macri tiene una
conocida vinculación con la conducción del fútbol argentino, en el Gobierno
buscaron alejarse de la situación. Hasta que sonó el teléfono: era el primer
ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Macri debió escuchar sus quejas y le
prometió interceder. Según comentaron en la Rosada, llamó al titular de la AFA,
Claudio “Chiqui” Tapia, pero la decisión ya estaba tomada. En el oficialismo,
insistían en que la causa central fue la solidaridad de los jugadores
argentinos con Lionel Messi por las amenazas que recibió. “Esto nos excede”, reconocían
y descartaban cualquier repercusión política.
Diversos militantes de la causa palestina habían reclamado
que el partido no se juegue en protesta a la represión de Israel y al traslado
de su embajada de Estados Unidos a Jerusalén. Desde los sectores pro israelíes
tildaron este reclamo de “antisemita”. El Gobierno de Macri se ha esforzado por
tener una buena relación con Israel. Puede dar cuenta de esto la ministra de
Seguridad, Patricia Bullrich, quien viajó a interiorizarse en armamento y en
los software de espionaje que manejan. La suspensión del partido no es una
buena noticia, dado que se trata de un país aliado y que además talla en el
Fondo Monetario Internacional (FMI). De todas formas, en Balcarce 50 afirmaron
que los israelíes “entendieron” lo ocurrido. “Todos entienden la situación. No
hay ningún problema”, dijeron.
Según señalaron fuentes del Gobierno con acceso al tema,
luego de la conversación con la AFA, Macri le explicó a Netanyahu cual era la
situación y se disculpó. “Esto nos excede. Es un tema de la AFA y los
jugadores”, se encogían de hombros en la Rosada. Macri tuvo y tiene mucha
influencia en el mundo del fútbol. Y Netanyahu evidentemente lo tuvo en cuenta
a la hora de llamarlo a él para destrabar el conflicto por el partido de fútbol.
La Embajada de Israel, no obstante, emitió un comunicado que
en tono diplomático se lamentó por la suspensión del partido y afirmó que “las
amenazas y provocaciones dirigidas a Lionel Messi, que lógicamente suscitaron
la solidaridad de sus pares y el temor a concretar el amistoso, no son ajenas a
la cotidianidad de la población civil en Israel cuyos deportistas, sin ir más
lejos, han sido en numerosas oportunidades objeto de violencia y atentados”.
“La amistad entre la República Argentina y el Estado de Israel, próxima a
cumplir 70 años, no se dirime en un partido de fútbol”, aclararon, por las
dudas, aunque esto no explica la decisión de un primer ministro de llamar a
otro mandatario por el tema.