El día 10 de junio arrancaba en el Stade
de France en Saint-Denis uno de los eventos del verano, la decimoquinta
edición de la Eurocopa de Fútbol, siendo Francia esta vez el país
anfitrión del torneo y la selección de Portugal la que se alzó con la
corona. Sobre las mismas fechas, en el sureste de Europa y en el
Mediterráneo se volvían a ver episodios de naufragios de embarcaciones
con migrantes y de desplazados que se agrupaban en las fronteras con el
objetivo de pisar los territorios de la Unión Europea.
Pocos de los muchos espectadores que
disfrutaron del espectáculo de las grandes federaciones del fútbol
europeo serían conscientes de que en los planteles de muchos de estos
equipos que competían, existen varios jugadores que comparten un pasado
similar al de los millones de desplazados que hoy llegan a Europa: la
huida de una guerra.
La región de Kosovo y el asilo en Suiza
Uno de los casos que más curiosidad ha despertado es el de los hermanos Xhaka. Diversos
diarios deportivos del continente salían con la llamativa noticia de
que por primera vez en el torneo dos hermanos se enfrentaban
directamente. Granit Xhaka, que recientemente firmaba su
traspaso por el Arsenal londinense, defendía la escuadra suiza, mientras
que su hermano mayor Taulant Xhaka debutaba en el torneo con la
selección albanesa.
La familia Xhaka, de origen
albanokosovar, se vería obligada como muchas otras familias a
trasladarse a la confederación helvética, la cual a finales de los años
90 se mostró solidaria a la hora de dar cobijo a los habitantes de esta
región después de los sucesos políticos y bélicos que se llevaron a cabo en Kosovo.
Taulant y Granit crecieron juntos en Basilea, pero responderían de
manera distinta a la llamada de los seleccionadores de la federación de
fútbol de cada país.
Y es que la selección de Albania cuenta
con hasta nueve jugadores que nacieron o se criaron en Suiza. Ejemplo de
ello es su capitán Lorik Cana, mientras que el cuadro helvético fue sin
duda el más multicultural del torneo, dado que 14 de los 23
seleccionados tienen ascendencia extranjera o nacieron fuera del país,
cinco de ellos con raíces albanokosovares.
Xherdan Shaqiri posee este perfil. Nacía
en Kosovo en 1991 y de niño se traslada a Suiza con su familia para
escapar de la guerra que desmembraba Yugoslavia
y que apenas acababa de estallar. Al igual que los hermanos Xhaka, se
formaría como futbolista en Basilea y posteriormente firmaría por el
Bayern de Múnich, logrando en el año de su contratación un repóquer de
títulos con la escuadra bávara para ser dirigido posteriormente por Pep
Guardiola. Xherdan actualmente milita en el Stoke City, en la Premier
League inglesa, y destacó en el torneo por ser autor de uno de los mejores goles de la Eurocopa.
Algunos de sus compañeros de selección como Valon Berhami, jugador del
Watford o Admir Mehmedi, jugador del Bayer Leverkusen, también nacieron
en comunidades albanesas de Kosovo y Macedonia durante el periodo
yugoslavo y acabarían jugando en la liga profesional suiza.
La Guerra de los Balcanes: Croatas refugiados
La Guerra de Yugoslavia creaba a finales de los años 80 y principios de los 90 el mayor éxodo de refugiados europeos desde la Segunda Guerra Mundial.
También las repúblicas de Croacia y Bosnia veían cómo cientos de miles
de sus ciudadanos se desplazaban a países de Europa Occidental para
evitar ser espectadores de la brutal contienda.
Luka Modrić, un futbolista que antes de
llevar la batuta del mediocentro del Bernabéu sufriría las consecuencias
del conflicto en su Croacia natal. El joven Luka abandonaba su hogar en
Obracovać tras la muerte de su abuelo a manos de oficiales serbios y de que su padre se alistara a las filas de la armada croata. En un improvisado centro de refugiados, el Hotel Kolovare de la ciudad de Zadar, Modrić conviviría con su madre y decenas de familias de la región dálmata.
Un ojeador de la zona visita el centro y
descubre el talento del joven refugiado, al cual transfiere al Dinamo
de Zagreb y que tras una breve estancia de un año en Bosnia para cumplir
con su servicio militar, triunfa en el campeonato croata. Su historia
posterior es más conocida. El Tottenham Hotspurs británico se hace con
sus servicios y tras unas temporadas de muy alto rendimiento, el Real
Madrid ficha al mediocentro croata, siendo en el conjunto madridista
donde se corona dos veces como campeón de Europa.
Dos de sus compañeros de selección, los
defensas Vedran Corluka y Dejan Lovren huyeron de la guerra en el
momento en el que el conflicto azotaba la República Srpska y la ciudad
de Sarajevo estaba siendo bombardeada. La familia de Lovren huye hacia
Múnich mientras que la familia de Corluka encuentra en la capital croata
de Zagreb un lugar donde restablecerse. Ambos se forman en las escuelas
del Dinamo de Zagreb y posteriormente se lanzan a la Premier League
británica. Lovren llega al Liverpool después de su paso por el
Southampton y de competir en Champions League con el Olympique de Lyon
francés. Corluka, por su parte, ficha por el Manchester City y
posteriormente comparte camiseta con Luka Modrić en el Tottenham Hotspurs, un equipo que fue apodado como “Crottenham” en
su momento por la prensa inglesa debido al gran número de jugadores de
esta nacionalidad que vestían la elástica de White Hart Lane. Pese a que
sus lugares de origen hoy pertenecen a territorio bosnio, los dos
futbolistas escogieron jugar para Croacia por las raíces de sus
familiares.
Bosnia-Herzegovina y los niños de la guerra
La selección de Bosnia y Herzegovina no
compitió en el torneo europeo, pero es famosa en el mundo del fútbol por
ser la escuadra de “los niños de la guerra”. En julio de 1995 se produce en Srebrenica uno de los mayores crímenes contra la humanidad que se recuerdan en la reciente historia de Europa. El general Ratko Mladić
y su ejército convierten esa pequeña localidad bosnia colindante con
Croacia en el escenario de una masacre de ciudadanos musulmanes. Muchos
de los futbolistas que hoy juegan para esta selección fueron testigos de
estos acontecimientos a muy temprana edad, y esta generación creció
huyendo del conflicto o permaneció en el territorio entre disparos y
proyectiles.
Entre estos jóvenes futbolistas destaca el reciente fichaje de la Juventus, Miralem Pjanić.
Miralem, junto con su familia, salen de la ciudad bosnia de Tuzla para
refugiarse en Luxemburgo, y es en Francia donde se hace un lugar en el
mundo del fútbol, militando en el Metz y el Olympique de Lyon. Los
hinchas del Real Madrid recuerdan con dolor la eliminación del equipo
merengue en cuartos de Champions en el Santiago Bernabéu tras un gran
gol de Pjanić.
Su compatriota Edin Džeko, con
el que compartiría vestuario en la AS Roma, se vio obligado a abandonar
Sarajevo después de que una bomba cayera en el campo de entrenamiento
donde jugaba y viera fallecer a muchos de sus compañeros. Tras este
lamentable suceso huyó a Alemania y en las filas del Wofsburgo debuta en
la Bundesliga. Posteriormente el Manchester City se fijaría en él,
desembolsando 30 millones de euros para llevarlo al campeonato inglés.
En la Premier inglesa compite también el portero Asmir Begović.
El guardameta abandonó Bosnia camino de Stuttgart, sin embargo, el
gobierno canadiense le otorga asilo y en Edmonton empieza a competir
profesionalmente. De hecho, antes de recibir la llamada de la selección
absoluta de Bosnia, Begović competía en las categorías
inferiores de la selección de Canadá. Tras varias campañas exitosas en
el Portsmouth y el Stoke City en Premier League, Begović recala en las filas de un grande de Europa, el Chelsea londinense.
Suecia y Austria
Curioso es el caso de Suecia, una nación que en la actualidad posee uno de los sistemas de acogida de refugiados más grandes en Europa, por sus normas de asilo
y que guarda una tradicional recepción de inmigrantes –en su día fueron
refugiados balcánicos, húngaros y checoeslovacos–. Dentro del plantel
sueco encontramos a Emir Kujović, atacante nacido en Bijelo Polje unos
años antes de la guerra y que en la actualidad es territorio
montenegrino. Cuando la Guerra de Yugoslavia estalla en 1992, su padre
fue reclutado por el ejército serbio y Kujović abandona Montenegro para
establecerse en Suecia, donde obtiene la nacionalidad y elige competir
con la selección escandinava. Kujović comparte delantera con una de las
mayores estrellas del panorama futbolístico actual, el flamante nuevo
fichaje del Manchester United, Zlatan Ibrahimović. Pese a que
Zlatan Ibrahimović posee raíces familiares bosnio-croatas, su familia no
fue refugiada de guerra sino migrante económica a finales de la década
de los setenta. Zlatan nace en 1981 en la ciudad sueca de Malmö y debuta
en el equipo que lleva el nombre de esta misma ciudad. Ibrahimović se
convertiría en una de las figuras más mediáticas de este deporte tras
fichar por el Ajax neerlandés y competir por toda Europa coleccionando
títulos y galardones.
Austria es otra selección multiétnica y
que posee varios jugadores de ascendencia extranjera, tanto europea como
africana. Durante la Guerra en los Balcanes, cerca de 90.000 refugiados
se reubicaron, por su proximidad, en territorio austriaco. Varios de
los futbolistas que juegan en sus filas son descendientes directos de
estos desplazados, o fueron refugiados cuando eran niños. Zlatko
Junuzovic, centrocampista del Werder Bremen, nace en Loznica,
una ciudad de la actual Serbia en la frontera con Bosnia y que abandonó
al estallar la guerra para trasladarse a vivir en diversas localidades
de Austria. Finalmente se instaló en Graz, cerca de la frontera con
Croacia y comenzó su carrera profesional en la primera división de este
país, recibió la nacionalidad y quiso vestir los colores del conjunto
austriaco a modo de agradecimiento por la solidaridad ofrecida con su
familia. En la ciudad austriaca de Linz nació el mediocampista croata
del Real Madrid Mateo Kovacic, sin embargo, este regresa a Croacia para
formarse como jugador del Dinamo de Zagreb antes de saltar a las filas
del Inter de Milán y al club madrileño.
Los refugiados africanos
Uno de los referentes de la selección
belga es el delantero Christian Benteke. Este jugador nace en Kinshasa,
la capital de la actual República Democrática del Congo, que
antiguamente recibía el nombre de la República del Zaire. A principios de los 90, los rebeldes congoleños se alzan contra el dictador Mobutu, haciendo estallar una guerra civil. A la par, con el genocidio que se da lugar en Ruanda y Burundi entre las tribus de hutus y tutsis,
se provoca una fuga de millones de refugiados en la región de los
Grandes Lagos. En medio de esta crisis humanitaria, el gobierno belga
decide otorgar protección internacional y asilo a ciudadanos de la
antigua colonia del Congo belga, siendo Benteke y su familia trasladada a
Lieja. Es ahí, en Bélgica, mientras jugaba en el FC Genk, cuando sedujo
con sus remates a los ojeadores británicos y tras pasar por el Aston
Villa, Benteke recala en el Liverpool.
Algo similar vivió Steve Mandanda,
portero del cuadro francés en esta Eurocopa y reciente fichaje del
Crystal Palace londinense, también nacido en Kinsasa y trasladado cuando
tenía dos años de edad a la región de la Alta Normandía francesa. Se
asentó en Évreux, pero debuta en primera división en Le Havre para
posteriormente custodiar la portería del Olympique de Marsella y ser
internacional con el seleccionado galo en la Copa del Mundo de 2010 en
Sudáfrica.
Otros jugadores del continente africano
con infancias en zonas de combate y que después de serles concedido un
estatuto de refugiado hoy compiten en la Premier League son Victor Moses, del
West Ham United y Saido Berahino, del West Bromwich Albion. El primero
llega a Inglaterra como refugiado político después de que en 2002 se
declarara la Ley Islámica en Nigeria
y su padre, ministro cristiano del gobierno por entonces, fuera
brutalmente asesinado. Barahino. por su parte, recibe protección
internacional junto con su madre después de estar meses viviendo en el
campamento de refugiados que administraba el Alto Comisionado de
Naciones Unidas de apoyo al Refugiado (ACNUR) en Burundi durante el
conflicto entre las tribus de hutus y tutsis. Barahino es embajador de ACNUR y forma parte activamente de las campañas en defensa de los derechos de los refugiados.
La figura del refugiado y el papel
inclusivo del deporte no resulta un tema tan novedoso. Estos son sólo
algunos de los ejemplos protagonistas de inmigrantes que recanalizaron
su vida utilizando el fútbol como vehículo en la nueva sociedad del país
que les otorgó acogida. Tras la huida de un conflicto bélico o la
persecución de un conflicto armado en sus países de origen, muchos de
los refugiados no sólo obtuvieron la nacionalidad del país receptor,
sino que también vistieron orgullosos sus colores.