El cantautor español Joaquín Sabina ofrece un concierto en
Medellín (Colombia). EFE.
Tomado de agencia
EFE
Medellín (Colombia), 30 ene (EFE).- El cantautor español
Joaquín Sabina conmovió hoy a Medellín con la complicidad de un público que le
permitió presentar, con algo de rebeldía y mucho coqueteo, su nuevo álbum
"Lo niego todo" para después cantar juntos los clásicos y evocar al
escritor García Márquez.
Ante cerca de 4.000 personas, el artista recordó el último
encuentro que tuvo en Medellín hace más de diez años con "amigos
desconocidos", esos a los que se negó a llamar "fans" y que le
permitieron desplegar un repertorio realzado por nuevos temas, algunos cargados
de poesía y otros de mucho rock and roll.
Con un traje rojo y guitarra en mano saltó al escenario para
conseguir sin proponérselo que el público empezara a rendirle culto a un
"canalla" lleno de anécdotas que comenzó cantando "Cuando era
más joven" y "Lo niego todo".
A partir de ahí empezó un camino que se movió entre la
nostalgia y la insolencia, cuando decidió tocar temas nuevos, movido por el
orgullo que le ha generado volver a grabar un disco después de ocho años.
Antes de conseguir que esas nuevas canciones empezaran a
ocupar el lugar que las viejas tienen en la "memoria sentimental" de
la gente, llamó a la piedad de los asistentes para conseguir desgranar
agradablemente ese disco que ya lo ha llevado por varios países de Europa y
Latinoamérica.
"19 días y 500 noches" fue el bálsamo que utilizó
para hacer con su espectáculo un desfile de emociones, avivado por las luces y
un fondo artístico que llenaron de color con acuarelas que alternaron con
imágenes de periódicos con fotografías de Sabina.
Junto a su "familia", como presentó a los siete
músicos que lo acompañaron en escena, regaló temas como "Lágrimas de
mármol", "Sin pena ni gloria", "No tan de prisa" y
"Las noches del domingo acaban mal".
Luego, cuando alternó su versión bohemia con otra vigorosa y
roquera, habló de las "canciones fronterizas", de las fusiones
culturales y del muro que será levantado entre México y Estados Unidos su
presidente, Donald Trump, a quien definió como un "emperador como
Calígula".
El cantautor de 68 años le cedió el protagonismo a su bella
corista Mara Barros, quien con sensualidad y picardía le dio un segundo aire a
la presentación cuando cantó a dúo con el español, y al interpretar en
solitario el tema "Hace tiempo que no", en homenaje a "Gabo".
"Con el nobel de Aracataca, que me dio el honor de cenar
muchas veces conmigo en México, un día le pregunté '¿cómo estás, Gabo', y me
dijo 'hace tiempo que no me hago caso'. Yo pensé que me estaba regalando un
verso maravilloso, lo seguí y terminó en la letra de una canción", contó
Sabina.
Ahí empezó el reencuentro con el pasado. Y terminó de
conectar por completo con el público con su interpretación de "Donde
habita el olvido", para dejarse llevar entre los cantos de esos amigos
desconocidos que vibraron con "Una canción para Magdalena", "El
bulevar de los sueños rotos" y "Princesa".
Entre bromas y relatos sobre su "exilio" en Londres
y las mujeres que "no lo aguantaron", Sabina lució más terrenal que
nunca, para vivir un momento sublime con "Y nos dieron las diez" y
empezar a perfilar su despedida entre intensos aplausos con un "Hasta
siempre".
Con la presentación en Medellín, Sabina inició una nueva
etapa de conciertos que continuará en Bogotá el viernes, para luego dejar
Colombia y continuar con recitales en Puerto Rico, México, Guatemala,
Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, República Dominicana y Estados Unidos.