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18 febrero, 2017

Julián Rivas: Bideau y Chipia al Panteón


Debemos reconocer méritos a Bideau, nacido en la isla de Santa Lucía, uno de los padres de patria venezolana. Es increíble que su nombre no esté registrado en los monolitos de Los Próceres

Julián Rivas
Ante el anuncio del presidente de la República, Nicolás Maduro para llevar a Manuel Piar al Panteón Nacional, por razones de justicia, fundamentada en la historia, hace una obligación que se sumen los nombres de Juan Bautista Bideau y Pedro Chipia.
Estas tres vidas de abnegados patriotas tienen muchos elementos en común. Piar y Bideau nacieron en el Caribe. Uno en Curazao y otro en la isla de Santa Lucía, en su momento colonia francesa.

Bideau, mulato del Caribe, como Jefe del Estado de Oriente, envío tropas en auxilio de Piar, cuando esté sufrió su única derrota, ante Boves en El Salado, en Cumaná, en 1814. Meses después los expulsó del país, hacia la isla de Granada, tras detenerlo en Guiria, señalado de intentar desconocer junto a José Félix Ribas la autoridad de Santiago Mariño en Oriente, y Simón Bolívar en Occidente, estados parte de lo que se llamó Segunda República.
Juan Bautista Bideau, fundador de la Armada, estuvo en la línea de mando de la primera Campaña de Guayana en 1812. Con su barco “Botón de Rosa” triunfo en el combate naval del Caño Macareo, en el Delta, el bloqueo a los españoles en el Orinoco, y fue de los sobrevivientes a la derrota en Sorondo.
Bideau fue activo marino, organizador y diligente combatiente de la revolución francesa en el Caribe. Fue capitán corsario en la Guadalupe de Víctor Hugues, que enfrentó a ingleses y estadounidenses en el Caribe. Apoyó a los luchadores haitianos, fue amigo de Dessalines y luego de Miranda, y por instrucciones de éste fue uno de los fundadores de la Armada patriota.
Le salvó la vida a Bolívar en Ocumare de la Costa en 1816, ante un inminente apresamiento de las tropas españolas, y murió combatiendo al frente del Batallón de Negros de Güiria, en defensa de los patriotas refugiados en la Casa Fuerte de Barcelona, el 7 de abril de 1817, cuatro días antes de la Batalla de San Félix, donde murió el coronel Chipia, edecán de Bolívar y enlace en sus contactos con el presidente haitiano, Alejandro Petion.
Reivindicamos a Bideau no solo en lo individual sino como líder de una gesta que todavía tiene eco en el Caribe y fortalecer la unidad con esos pueblos. Centenares de nativos del Caribe fueron reclutados por Bideau para construir la nueva república.
Debemos reconocer méritos a Bideau, nacido en la isla de Santa Lucía, uno de los padres de patria venezolana. Es increíble que su nombre no esté registrado en los monolitos de Los Próceres.
En la historia de 500 años de lo que hoy es Venezuela (por decir un punto de partida), la expresión de identidad entre Venezuela y el Caribe tiene en Bideau un bastión. Este capitán corsario, de los jacobinos negros, fue un reconocido hombre de su tiempo, reivindico el derecho al refugio y lo reclamó para la población civil ante los colonialistas ingleses asentados en Trinidad.
Bideau expresa hermandad con los pueblos del Caribe. Recordemos que Mariño y Bideau, como libertadores de Oriente, publicaron proclamas dirigidas al pueblo del Caribe.
“Extranjeros, amigos de la independencia… Quien mejor que vosotros conoce la franqueza de los americanos… Os llamamos para comerciar con vosotros y para que nos ayudéis en una causa tan justa. Os ofrecemos tierra gratis y un domicilio que asegurar el bienestar de vuestros nietos. Extranjeros, ¿qué hacéis? ¿No volaréis a uniros a nosotros, a los hombres que os quieren como hermanos y que os conjugan para que vengáis bajo sus banderas? Venid, extranjeros, al cuartel general lo más pronto posible a compartir nuestra gloria y persuadíos de que seremos invencibles”. Cuartel General de la reunión de Güiria, 19 de enero de 1813. Año primero del restablecimiento de la independencia de Colombia. Santiago Mariño, Juan Bautista Bideau.
Vea bien donde nació Colombia. En Güiria, en el estado de Oriente. Este es otro asunto, todavía no aclaran que la Segunda República tuvo dos estados con una especie de federación: Occidente, con Bolívar de Jefe Político y Militar; y el Estado de Oriente, con Mariño y Bideau compartiendo esos roles.
El ejército caraqueño se caracterizó por su origen mantuano, ricos blancos criollos en rebelión contra España, con poco pueblo, situación que facilitó su destrucción por Boves en 1814. Bolívar reconoció este error.
En cambio el ejército de Oriente fue integrado por oficiales y tropas de variado origen, negros, indios, blancos pobres y muchos de clase alta, por supuesto. Fue integrado por muchos negros del Caribe imbuidos del espíritu de la revolución francesa, promotores de la igualdad, como Bideau.
Entre 1814 y 1816 el ejército oriental acabó con Boves en Urica, resistió a Morales como guerrilla en ambos lados del Orinoco, con Mejía, Ribero, Cedeño, los Monagas, como jefes guerrilleros, entre otros.
Por eso el ejército de Oriente es la base para la reconquista de Margarita y, tras las dos expediciones desde Haití, triunfar en El Juncal en 1816. De inmediato se inició desde Barcelona la campaña de Guayana, según idea de Bideau expuesta a Bolívar en Haití.
Allí destacaron Piar y un trujillano de Carache, el coronel Pedro Chipia, jefe de operaciones de la Segunda Campaña de Guayana, organizador del gobierno en la zona liberada, y quien murió en combate en San Félix.
En la Batalla de San Félix el 11 de abril de 1817, Piar logró su décimo tercera victoria en grandes batallas, lo que a la postre le reservó la gloria, incomprendido por sus rivales en aquellos tiempos.
Chipia, nativo de Carache, Trujillo, fue enlace entre Bolívar y Petion, el presidente haitiano. Salió de Haití con rango de coronel y jefe de ingenieros del cuerpo expedicionario. Cómo vemos, destacó en la Batalla de El Juncal, en Barcelona, y en la Campaña de Guayana, estuvo al frente del reconstruido Batallón Barlovento, que mucho antes contó como su primer jefe a José Félix Ribas, asesinado por los realistas en 1814.
El olvidado Pedro Chipia debe ir al Panteón Nacional. Tiene los méritos.