Opinión
Por Daniel Santolo
No es necesario realizar un estudio científico para saber la situación de angustia que atraviesan grandes sectores de la población, sólo basta con salir a la calle para caer en cuenta del malestar que manifiesta una gran mayoría de venezolanos, sobre todo los de a pie, aquellos que día a día salen a enfrentar situaciones adversas para medio subsistir. El tema de la violencia, ligado a la imposibilidad de conseguir los alimentos y medicinas, nos puede llevar a escenarios no deseados, a menos que algunos personajes inconscientes crean que de esta forma saldríamos de los males que nos aquejan, creyendo que pueden pescar en río revuelto. Tampoco es un secreto que hay quienes se están beneficiando de la grave situación que estamos atravesando, entre ellos los grandes especuladores que ven en el caos generalizado la manera de obtener ganancias y réditos de la situación país.
A la ansiedad por obtener los
insumos básicos para subsistir, se le suma la angustia por la falta de una
dirección política unificada en los sectores de oposición, al no darse cuenta
que los venezolanos solo quieren que se deje a un lado la competencia y el
debate interno y se piense en los intereses del país, y le hablen con la verdad
a los sectores de oposición que en menos de tres meses se les ha hecho sentir,
que un triunfo arrollador, como lo fue el 6D, no haya valido la pena.
En los actuales momentos todos
saben que no hay posibilidades de que una enmienda para acortar el actual
período del presidente pase la alcabala del TSJ, y mucho menos que renuncie, y
aquellos que les da, (con legítimo derecho), por impulsar el revocatorio
presidencial, también tienen claro que es cuesta arriba, que no hay estructura
organizativa que logre movilizar a más de 4 millones de venezolanos para que
firmen para exigir el referéndum, y además las personas que lo hagan quedarían
en evidencia frente a un gobierno sin escrúpulos, que sin mirar para los lados
comenzaría con una cacería sin cuartel frente aquellos que osen firmar para
exigir ¡un derecho constitucional!
Pedir más sacrificios a los
sectores que se han movilizado para enfrentar este gobierno, por lo menos es
una insensatez, y en la actualidad, cuando un gran número de seguidores del
comandante fallecido están dejando de tener esperanzas frente a quienes los
gobiernan, no es el momento de entrar nuevamente en una confrontación política
electoral, ya que esto lo que haría es repolarizar al país, logrando con ello
unificar lo poco que pueda quedar del lado gubernamental, y peor aún, es poner
nuevamente al país de espalda a la exigencia de un gran número de venezolanos,
que lo que piden es paz, entendimiento y un gobierno de unidad nacional para
superar la crisis.
Es necesario un liderazgo que en
los actuales momentos asuma con responsabilidad su rol y le hable claro a los
venezolanos, y que reafirme que no hay salida que no sea constitucional,
que no hay salida a corto plazo, que no hay salida fácil, que no hay salida sin
un acuerdo de convivencia, que el cortoplacismo es lo que nos tiene en este
enredo político, que aquellos que creen que el mundo se acaba este año están
equivocados, que sí es posible salir de quienes nos gobierna pero con sensatez
y sentido común, que debemos transitar los lapsos necesarios sin caer en el
desespero, y mientras tanto exigir con firmeza que quienes gobiernan resuelvan
los problemas que agobian a los venezolanos.
¿No sería más fácil darnos una
“taima”?, y con ella poder exigir a quienes dirigen circunstancialmente el
país, que resuelvan los problemas que nos aquejan, fijando el objetivo político
en las elecciones de gobernadores que son en diciembre de este año, y desde
allí partir a crear un gran movimiento nacional que impulse un cambio de
gobierno ¡que incluya a todos!, ¡sí a todos!, con bases sólidas para lograr
enrumbar al país hacia un verdadero desarrollo y progreso social.