EN LA VÍA
Es bastante conocida la
frase con la que algunos historiadores califican a la dinastía reinante en
España -que en el pasado gobernó también a Francia- : “los borbones no aprenden ni olvidan” .Después
de oír las últimas intervenciones del presidente Nicolás Maduro, uno termina
por preguntarse si esta expresión no le encaja como anillo al dedo. En efecto,
Maduro se empeña en repetir los errores que lo llevaron a la catástrofe
electoral del 6 de diciembre y, lo que es peor, en no abandonar sus odios. No
olvida ni aprende. Las más recientes alocuciones del jefe del ejecutivo
nacional son un compendio de torpezas que evidencian que no tiene la menor idea
de lo que ocurre en el país; repite clichés, insulta, ataca, amenaza, habla en
nombre de la mayoría del pueblo venezolano como si no conociera las cuentas
del CNE. El presidente debería tomarse unos días para reflexionar, por el bien del país. Se percibe alterado,
errático, sin ideas claras. El historiador y político tachirense, Walter
Márquez, sostiene, después de una amplia pesquisa, que Nicolás Maduro nació en
Cúcuta, no estoy seguro que esto sea un asunto tan relevante; sin embargo,
oyendo las peroratas presidenciales uno termina por preguntarse si el primer
mandatario nacional nació en Madrid, en alguno de esos palacios de los borbones.
Márquez debería abrir otra línea de investigación histórica; a lo mejor resulta
que nuestro aprendiz de caudillo es pariente directo de Felipe VI. ¡Una
pelusa!.
G.H.S