Caracas ya tiene 450 años con profundas contradicciones en materia de planificación urbana y
en particular sobre movilidad y transporte, materia que actualmente conduce
desde el gobierno central el Ministerio de Infraestructura. Este ente se ha
dado a la tarea de intervenir las principales vías expresas o autopistas y algunas
arteriales o avenidas con la buena intención de intentar mejorar el tráfico
que, sin duda alguna, afecta la calidad de los usuarios tanto del vehículo
particular como del transporte público superficial.
Lamentablemente lo que las autoridades de este ministerio parecen
no haber entendido es que la gran prioridad es concretar la vialidad de la
circunvalación sur con el objeto de garantizar que el flujo regional y
nacional, sobretodo de carga, no atraviese las arterias internas de la ciudad
capital. (...)A pesar de ello se insiste en una serie de obras mal planteadas y peor
ejecutadas que a través de puentes de guerra, elevados innecesarios, o
ensanchando vías expresas no se resuelve un problema que tiene una única
solución: más y mejor transporte público en toda la ciudad. Mientras se insista
en políticas que promueven más vías y más estacionamientos tendremos cada vez
más autos en Caracas que progresivamente demandaran más y más inversiones en
vialidad que sólo garantizarán un aumento sustancial de los viajes y del número
de unidades que conforman el parque automotor.
La estrategia de intentar actualizar nuestras vías expresas no
tiene sentido por cuanto estas fueron diseñadas hace más de 50 años y se
pensaron para otro tipo de vehículos en cuánto a capacidad, velocidad, radios
de giro y altura. Es por ello que intentar transformar todas estas infraestructuras
implica prácticamente su reconstrucción total, lo cual, no solo es más costoso
e ineficiente sino que resulta inútil para resolver el problema planteado.
La tendencia universal en esta materia es desarrollar canales
exclusivos de transporte público superficial que se integren al sistema expreso
y a los corredores peatonales de la ciudad. En ese sentido, en el caso de la
Autopista Valle-Coche, en donde se talaron un número importante de árboles y se
está desviando el curso de un río, lo que se debería planificar es un sistema
de transporte público superficial que integrado al Paseo de Los Próceres
permita recorrer desde la UCV hasta La Rinconada con el objeto de mejorar el
enlace con el sistema ferroviario hacia los Valles del Tuy.
La obesidad de este
cuerpo urbano llamado Caracas no se resuelve dilatando sus vías arteriales como
las autopista y avenidas, para poder absorber más alimentos dañinos como sus
autos, sino poniéndose a régimen de dieta con el objeto de encontrar formas de
vida más saludables. No tiene sentido que una ciclovía o un paseo peatonal
recién intervenidos, hoy se estén demoliendo para construir otro viaducto que
solo garantizará espacio para unos cuantos autos más.
