Opinión
Por Samuel Ruh Ríos
Sruhrios@gmail.com
Indudable que existen sobrados y abundantes argumentos para entender la larga estadía de Chávez en el poder, su carisma, su oratoria, sus sobrados conocimientos de la forma de ser del venezolano de abajo y su audacia muy presente en todo ignorante ilustre le permitieron con cierta ventaja coronar sus ambiciones de ególatra. Por eso se mantuvo tanto tiempo ganando elecciones.
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Si uno profundiza en el personaje termina entendiendo todo. ¿Cuál fue su gran aporte en la economía, la agricultura, la industria, el comercio, las artes, el deporte, la ingeniería, el derecho, la política científica y moderna, la lucha contra el delito?. Con toda responsabilidad: Ninguna, óigase bien: Ninguna. Todo se fue en habladurías, discursos retóricos de comienzos de los años sesenta, exaltación a viejas utopías y a figuras de dudosa reputación dentro del viejo esquema comunista pro-soviético.
La pregunta obvia entonces sería entonces ¿Qué cosa lo mantuvo incluso hasta después de su muerte en el poder? La respuesta es más obvia: El dinero, las arcas llenas de dólares petroleros. Nada más. Nada más que eso y no otra cosa.
Los últimos análisis de cuanto estudioso en ciencias estadísticas y economía concluyen arrojando cifras que marean, inmensas y fabulosas fortunas que dejan atrás las de los imperios de la antigüedad, son exhibidas en esos serios trabajos investigativos, todas derrochadas a manos llenas, sin control alguno, regaladas a países extranjeros, a vividores y a avispados colaboradores militares y civiles, todo con el único interés manifiesto de acerarse en el poder a trancazo limpio.
La muerte es el único acontecimiento humano que nos libera de lo bueno o de lo malo y esta le aconteció aun cuando ya antes que se produjera la de él, se empezaban a notar graves acontecimientos que anunciaban el comienzo del derrumbamiento de su díscolo proyecto.
Sucedido el deceso, el entorno queda con el poder pero sin liderazgo, el caos se apodera y el sargentazgo asume el mando, un mofletudo hombre sin escuela ni luces es el nuevo presidente y el derrumbamiento se acelera. No hay talento, hombres sin lecturas, sin conocimientos, mal formados, alejados de la tecnología y el saber, dirigen hoy los destinos del país. ¿Qué títulos exhiben los ministros de finanzas, agricultura, petróleo, educación, exteriores, interiores etc.? Ninguno, tan solo el de arribistas, enchufados, maniobreros y el de ignorantes. Piratas es la palabra vulgar que podemos utilizar para calificarlos.
Es una triste realidad y en eso está convertido la nación. En pocos días su desesperación ante la agudización de la crisis los hará apelar a métodos y practicas inhumanas, las detenciones, persecuciones y torturas, desaparecidos y todas esas perversiones se harán comunes y de esta manera el estado de derecho ya herido de muerte, se derrumbara cuan largo es.
Salidas, sí, muchas, todas democráticas e institucionales, ya la economía nos ayudará. Las grandes colas luchando día a día contra la agobiante escasez, los bajos salarios, la inflación asesina, la inseguridad, serán factores que obligan a la población a desenmascarar a sus verdugos, vendrán procesos de elecciones y triunfará la verdad, he aquí la belleza de la democracia, de su autocomposición.
He aquí una de las razones para desaparecer, de una vez por todas, las dudas, el pensamiento negativo de que con las elecciones no logramos nada, que el CNE está al servicio del chavismo, nada de esto significa que no podamos ganar los procesos electorales, por el contrario son momentos y situaciones que permiten demostrar cuán sabio son los pueblos.
