Luis
Fuenmayor Toro
No me voy
a referir a los presos políticos miembros de la oposición más conservadora y
reaccionaria, no porque no me interese su suerte como seres humanos sino porque
tienen mucha gente y muy importante, dentro y fuera del país, que los defiende
y exige su libertad. Lamentablemente, sus defensores no dicen absolutamente
nada de otros presos, también políticos. Es claro que no les importa la suerte
sino de sus presos políticos y por ellos mueven mar y tierra, con todo el poder
que les da el dinero y sus relaciones internacionales con EEUU, la comunidad de
países europeos y muchas naciones de nuestro continente. En mi caso, no estoy
de acuerdo con la prisión ni persecución de nadie simplemente por el derecho de
opinar y de enfrentar al gobierno y mucho menos con las acusaciones absurdas de
golpes y magnicidios, que se hacen alegremente en épocas electorales para luego
desaparecer como por arte de magia.(...)
No es la
primera vez que se acusa falsamente a quienes se oponen al poder. Ni en nuestro
país ni en otros países. Varios de los gobernantes actuales fueron acusados sin
mayores pruebas en el pasado adecocopeyano y así como los defendí en aquel
momento defiendo ahora a quienes están acusados en la misma forma. La
esquizofrenia no me ha afectado todavía, como parece haber afectado a buena
parte del gobierno y de la oposición reunida en la MUD. Tampoco he sido
afectado por la desmemoria, por lo que recuerdo muy bien a los actores de ayer
que hoy están en el Gobierno y a quienes eran gobierno y hoy están en la
oposición. Sus conductas son idénticas: antes unos actuaban como verdugos y los
otros eran víctimas; ahora, las víctimas de ayer se convirtieron en verdugos y
los verdugos pasaron a ser víctimas. No es tampoco nuevo este hecho; ni aquí ni
en el resto del mundo.
Quiero
referirme a quienes son presos políticos y no son mencionados por el Diario El
País de España, ni por la prensa estadounidense ni por ese espacio de “libertad”
que es CNN. No llaman la atención del colombiano Pastrana, ni del chileno
Piñeira, ni de Felipe González; tampoco del Tío Tom Presidente del norte. Se
trata del general Raúl Isaías Baduel, preso ya durante 7 años sin que se
produzca el alboroto que indujo unas semanas de Ledezma; hablo de Rodney
Álvarez, dirigente obrero de FERROMINERA, acusado de un asesinato que todo el
mundo sabe lo cometió un chaveco de ésos con licencia para matar; Rederick Leiva (17 años en SIDOR), Heberto Bastardo (26 años de servicio)
y Leinys Quijada, tres sidoristas presos por ejercer el derecho a huelga,
conculcado por este gobierno dizque socialista; el insólito caso del abogado
Tadeo Arrieche, a quien le extendieron los delitos que se le achacan a su
cliente, Abastos “Día a Día”. Es sólo una pequeña muestra. Volveré con más.