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09 febrero, 2015

Regresó a dictar cátedra


Luis Fuenmayor Toro


Reapareció el monje. El hombre que junto con Chávez hizo desaparecer, cual ilusionista, la bicoca de 116 mil millones de dólares del FONDEN, acaba de dictar una clase magistral diciendo que “somos casi el hazmerreír de América Latina” en materia política y económica. Como si fuera un exitoso catedrático, un gran conocedor de la economía y las finanzas públicas, dictaminó que había que asumir la crisis y que si el termómetro marcaba 40 °C, el problema no era el termómetro sino, imagino, la fiebre. Luego dispuso que no se importara más comida y se indujera la producción nacional, sin decir cómo hacerlo luego que su idea de socialismo destruyó el aparato productivo y su política cambiaria impulsó las importaciones y la especulación financiera.(...)
Pero se atrevió a decir más: no “se metan con lo que está funcionando”, es decir no hagan las cosas que él hizo cuando fue ministro estrella con vara alta en el gobierno; “parecemos el Rey Midas pero al revés”, o sea que lo que toca el Gobierno no se transforma en oro sino en m… Vamos a decir las cosas sin eufemismos y sin creer que todo este desastre es producto nada más de la labor del presidente Maduro, quien de los 16 años de gobierno sólo ha cubierto los dos últimos como Presidente. ¡Por favor camarada Giordani! Usted, ante el desastre producto entre otros de su administración, votó tierrita y se fue muy molesto porque lo habían maltratado. Denunció la estafa de CADIVI, pero nada dijo del FONDEN, que se manejó hasta 2012 nada más con su firma y la de Chávez más dinero que el resto del Gobierno. Y al respecto, todos callan; es un silencio cómplice que involucra a la oposición más conservadora.
“Pon a funcionar PDVSA, el SENIAT, el BCV, el comercio exterior, el sistema financiero, la electricidad, las empresas de Guayan, las telecomunicaciones, los servicios públicos, que la gente tenga medicinas y alimentación”, ordenó Giordani en su clase a Maduro. Lo absurdo y tragicómico es que el deterioro del funcionamiento de todas estas instituciones y servicios comenzó cuando Giordani era uno de los máximos jefes. Ahora reconoce que nada funciona pero quiere deslastrarse de su inmensa responsabilidad, quizás contando con nuestra mala memoria. Dijo: “Ahora creamos vicepresidencias a granel, ministerios y viceministerios”. ¿Ahora? Pregunto yo. Si esa práctica la inició y la estabilizó el propio “Faro que iluminaba el destino de la humanidad”. Tiene años, muchos años. Simplemente se la ha continuado en forma irresponsable.
No nos olvidamos de su “socialismo rentista”, ni de su “socialismo petrolero”. Tampoco de “la necesidad de mantener la miseria y la ignorancia para poder seguir gobernando” y rechazamos su idea de medidas duras, draconianas, como hicimos con las de CAP en 1989. Que fácil resulta poner al pueblo a sufrir por los pecados gubernamentales, entre ellos los del propio Giordani.