La muerte de una persona, siempre causa dolor y pérdida entre sus seres queridos, y consternación en el resto. El suicidio provoca, además, en todos los casos, primero: estupor, y después: interrogantes. ¿Qué fue lo que llevo a una persona a tomar la terrible decisión de quitarse la vida?.
En el caso del ¿suicidio? Del Fiscal a cargo de la causa AMIA, Alberto
Nisman, no sólo hay estupor e interrogantes, sino que además una historia
demasiado larga, demasiado pesada, demasiado dura, y por sobre todas las cosas,
muy sórdida. La tragedia del atentado terrorista más grande que se produjo en
la Argentina.(...)
En lo personal me retrotrae a épocas pasadas y también duras: el 18 de
julio de 1994 era Diputada Provincial en Santa Cruz y Convencional Nacional
Constituyente en Santa Fe por mi provincia. Florencia, mi hija, recién había cumplido
4 años y Máximo estaba finalizando la secundaria. Viajaba todas las semanas a
Santa Fe, y aquel lunes 18, el horror modificó todas nuestras rutinas.
Tampoco
puedo olvidar que dos días después del atentado, me entero en Santa Fe que el
20 de julio, y con motivo del atentado, se había creado la Secretaría de
Seguridad y nombrado al frente de la misma al Brigadier Andrés Antonietti.
Confieso que al enterarme de esa designación, un frío me corrió por la espalda. Aún recordaba nítidamente a esa persona. En 1980, durante el mes de noviembre en Río Gallegos, colocaron en nuestro estudio jurídico un artefacto explosivo de relojería y, además, rompieron todos los caños de gas de los calefactores dejando fluir el mismo y convirtiendo a nuestro estudio en una gigantesca bomba, que de haber detonado hubiera causado un verdadero desastre. Sólo un milagro permitió que eso no sucediera.
Confieso que al enterarme de esa designación, un frío me corrió por la espalda. Aún recordaba nítidamente a esa persona. En 1980, durante el mes de noviembre en Río Gallegos, colocaron en nuestro estudio jurídico un artefacto explosivo de relojería y, además, rompieron todos los caños de gas de los calefactores dejando fluir el mismo y convirtiendo a nuestro estudio en una gigantesca bomba, que de haber detonado hubiera causado un verdadero desastre. Sólo un milagro permitió que eso no sucediera.
El Sr. Antonietti, en esos momentos, creo que era vice comodoro y segundo
jefe de la Fuerza Aérea que gobernaba la Provincia de Santa Cruz. Habíamos
mantenido un breve intercambio telefónico que terminó cuando le corté el
teléfono. En ese momento nuestro estudio llevaba juicios contra contratistas de
obra pública de dicha fuerza y concesionarios de servicios de la Agrupación
Aérea. Me veo todavía, después de tanto tiempo, prestando declaración ante el
Oficial Instructor de la Policía y recolectando firmas de repudio para una
solicitada por el atentado.
Y recuerdo también, una memorable entrevista con el entonces Jefe de
Policía, un Tte. Coronel de apellido Claro, ya que era el Ejercito el que
manejaba la seguridad y la inteligencia. Con él mantuve una conversación tensa,
por mis declaraciones, que involucraban a un Oficial de otra fuerza y nuestra
decisión de publicar una solicitada. Si, aunque parezca mentira, no se aceptaba
ni siquiera la publicación de solicitadas denunciando atentados.
Lejos estaba de pensar en esa oportunidad (año 1980), que la explosión en
la AMIA me devolvería al Brigadier Antonietti, 14 años después, con el cargo de
Secretario de Seguridad de los Argentinos. Y más aún lejos estaba de imaginar
que en 1996 iba a formar parte, como Senadora Nacional y luego como Diputada,
de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los atentados de la Embajada y AMIA.
Mi participación, que se extendió hasta la finalización de la Comisión en
el 2001, estuvo signada siempre por honrar la memoria, encontrar la verdad y
que se haga justicia. Los primeros tiempos nos fuimos interiorizando de los
hechos, de las circunstancias, de la tragedia. El testimonio de los familiares,
de testigos, etc… Luego comenzaron a desfilar por la Comisión todo tipo de
personajes, hipótesis, teorías, al mismo tiempo que cada vez más crecían las
contradicciones, las falencias, los ¨errores¨. Más tarde, y en plena campaña
política presidencial: el plantar pruebas, la desaparición de otras. En fin, la
confusión, la tergiversación, el ocultamiento o la ¨aparición¨ de ¨pruebas¨,
como método permanente.
Cada vez más en lugar de aclarar, todo se oscurecía. Se complicaba y crecía
la sensación, al menos en mí, de estar en un teatro de operaciones de la
política nacional e internacional, en el que a pocos le importaban las víctimas
y mucho menos la verdad. Tal cual lo declaré más tarde como testigo en el
Juicio Oral.
La tensión crecía y las discusiones también, y mi percepción de estar
frente a la ¨fabricación de un Juicio¨ fue creciendo hasta transformarse en
convicción. Ocurre entonces un hecho determinante como fue la memorable reunión
donde declaró el Dr. Claudio Lifschitz, quien fuera Secretario del Juez Juan
José Galeano y diera cuenta de las graves irregularidades cometidas por el Juez
y varios de sus funcionarios.
En esa declaración, que duró horas, fue como si de repente todas las piezas
de un rompe cabezas que no podía armar se unieran para llegar a una sola
conclusión: estábamos ante el fraude material y procesal más importante del que
se tenga memoria. Tan importante fue esa declaración, que a raíz de la misma se
inicia una segunda causa por encubrimiento contra los funcionarios que se
desempeñaban en la época del atentado.
Podría
contar numerosos hechos y discusiones, pero todo se condensa en el 3er informe
de la comisión, que firmé en soledad y con disidencia total, afirmando: que ya
no tenía dudas. Que nada de lo hecho y actuado por el Juez Galeano pasaría por
la prueba del Juicio Oral y Público. Ya se sabe, los papeles aguantan cualquier
cosa. Las pruebas son otra cosa.
Desgraciadamente no me equivoqué. En el año 2004 el Tribunal Oral Federal nro. 3 demolió, literalmente, el expediente de Galeano y todo volvió a fojas cero, en la causa principal.
Desgraciadamente no me equivoqué. En el año 2004 el Tribunal Oral Federal nro. 3 demolió, literalmente, el expediente de Galeano y todo volvió a fojas cero, en la causa principal.
Sin embargo, en el año 2000, se inicia formalmente la causa de
encubrimiento a raíz de las declaraciones públicas del Dr. Lifschitz. La causa
estuvo paralizada durante años y el Juez a cargo Claudio Bonadío fue apartado
de la misma, recayendo la misma en el juzgado del Dr. Lijo. Hoy, después de
casi ¡15 años! de iniciada la causa de encubrimiento y 12 excusaciones de
magistrados, se presume que ¨posiblemente¨ (el encomillado no es casual) se
inicie el juicio oral y público en el mes de Junio de éste año.
Los
imputados son:
1) Juan José Galeano (ex juez): por los delitos de peculado – malversación de caudales públicos, coacción, falsedad ideológica de documento público, privación abusiva de la libertad, encubrimiento, violación de medios de prueba y prevaricato.
1) Juan José Galeano (ex juez): por los delitos de peculado – malversación de caudales públicos, coacción, falsedad ideológica de documento público, privación abusiva de la libertad, encubrimiento, violación de medios de prueba y prevaricato.
2) Hugo Alfredo Anzorreguy (ex Secretario de Inteligencia): por los delitos
de peculado, encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica de
documento público.
3) Eamon Gabriel Müllen y José Carlos Barbaccia (ex fiscales): por los
delitos de privación abusiva de la libertad agravada, peculado y coacción.
4) Carlos Alberto Telleldín (reducidor de autos), Víctor Stinfale
(abogado), Ana María Boragni (pareja de Telleldín), Rubén Ezra Beraja (ex
Presidente de la DAIA), Patricio Finnen (ex agente de la SIDE): Por el delito
de peculado.
5) Carlos Saúl Menem: por los delitos de encubrimiento, falsedad
ideológica, violación de medios de prueba y abuso de autoridad.
6) José Alberto ¨el fino¨ Palacios (ex PFA): por los delitos de
encubrimiento, abuso de autoridad y violación de medios de prueba.
7) Juan Carlos Anchézar (ex Subsecretario de Inteligencia): por los delitos
de encubrimiento, abuso de autoridad y falsedad ideológica.
8) Carlos Antonio Castañeda (ex PFA): por los delitos de encubrimiento,
abuso de autoridad, violación de medios de prueba y falsedad ideológica.
Resta indagar a un grupo de Secretarios de Galeano y al Dr. Carlos Corach
quien fuera sobreseído por el Juez Lijo, pero revocada dicha sentencia por la
Cámara de alzada.
Curiosa y sugestivamente, cuando está a punto de iniciarse el juicio oral y
público por encubrimiento, largamente demandado por la sociedad en general y
los familiares en especial, surge el intento de convertir al Gobierno que más
ha hecho por el esclarecimiento del atentado, no sólo en apertura de archivos,
relevo del impedimento para declarar por parte de agentes de inteligencia,
asignación de recursos humanos y económicos como nunca antes había contado la
investigación. Reclamos, presentaciones y actuaciones en el orden internacional
y ante la ONU sin precedentes, que ningún otro Presidente había hecho.
Repito, curiosa y sugestivamente se intenta convertir, 21 años más tarde,
en encubridores por tratar de que se le pueda tomar declaración a los imputados
iraníes mediante un Tratado Internacional aprobado por Ley del Congreso.
Me parece que es demasiado. No se puede violar la ley con la aprobación del
Congreso. No se puede violar la ley cuando lo que se quiere es que declaren los
imputados, sobre todo porque es la única manera de que la causa salga del
estancamiento y retroceso de casi 21 años. O acaso no se recuerda cuando en
cumplimiento de las alertas rojas logradas durante nuestro Gobierno contra los
iraníes acusados fue detenido por Interpol en Londres, el ex Embajador iraní
ante Argentina Heidi Soleimanpour, y la justicia inglesa lo liberó por falta de
pruebas debiendo pagar la Argentina USD 25.000 de indemnización.
Podría mencionar las recientes declaraciones del ex Director General de la
Interpol que intervino en toda la etapa de las alertas rojas u órdenes de
detención o del Departamento Legal que opinó sobre el Memorándum, diciendo que
era conveniente para el esclarecimiento del atentado.
Pero creo que los más importante es advertir que se intenta hacer con el
Juicio de encubrimiento lo que se hizo con el juicio principal 21 años atrás:
desviar, mentir, tapar, confundir. Si en aquel juicio ¨desaparecían¨ los
cassettes que probarían que la SIDE estaba al tanto de que se estaba preparando
un atentado, ahora ¨aparecen¨ cassettes de personajes públicamente
simpatizantes de Irán a los que ni siquiera es necesario intervenir un teléfono
para saber lo que hacen o lo que piensan. Basta con encender la radio y
escucharlos, o mirar televisión y leer los diarios.
Y aquí es
donde comienzan los interrogantes:
¿Quién fue el que ordenó volver al país al Fiscal Nisman el día 12 de Enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1ro de Enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién fue el que ordenó volver al país al Fiscal Nisman el día 12 de Enero, dejando inclusive a su pequeña hija sola en el aeropuerto de Barajas, interrumpiendo vacaciones familiares y licencia en el trabajo que habían comenzado el 1ro de Enero y debían finalizar más allá del 20?
¿Quién puede creer que alguien que tenía tan grave denuncia institucional
contra la Presidenta, su Canciller, que profesa la Fe Judía y es Judío, o
contra el Secretario General de una organización juvenil que cuando ocurrió el
atentado estaba en 5to año del secundario, se fue de vacaciones y de repente
las interrumpe y en plena feria judicial, sin avisarle al Juez de la causa
presenta una denuncia de 350 fojas que evidentemente debía tener preparadas con
anterioridad?
¿O será que alguien se las dio cuando volvió? Que por una de esas raras
casualidades es al día siguiente de la marcha en Francia por los actos
terroristas en ParÍs.
¿Es casualidad también que ese mismo día 12, que el fiscal regresa
imprevistamente al País, que el diario Clarín titula: Más de 4 millones de pie
contra el terror en Francia?
Diario
argentino
¿Es casualidad que al día siguiente, martes 13, y casi secuencialmente el
mismo diario titule en su tapa: “Timerman recibió orden de no asistir a la gran
marcha en París”? Desmentida por la presencia del Canciller y nuestra
Embajadora en la marcha.
Diario
argentino
¿Es casualidad que el miércoles 14 el fiscal presenta ¿su? escrito de 350
páginas sin avisarle al Juez Canicoba Corral, Juez de la causa principal, y
directamente las remita al Juez Lijo? Sí, el mismo que sobreseyó a Corach por
encubrimiento.
Diario
argentino
¿Es casualidad que la 3ra tapa secuencial de Clarín sea precisamente este
hecho?
¿Cómo pueden decir que el fiscal volvió porque temía que la Procuradora
Fiscal lo removiera de su cargo si el propio Nisman admitió, nada más ni nada
menos que en TN (el cable del monopolio y feroz detractor de la Procuración),
que la Dra. Gils Carbó lo llamo para ofrecerle más protección y si necesitaba
más custodia.
Como decía al principio: interrogantes que el Poder Judicial DEBE
investigar, como también el hecho que sea un empleado de la fiscalía el que le
suministra el día sábado el arma calibre 22 que le provoca la muerte. ¿Para
defensa? ¿Un arma calibre 22? Cuando el fiscal vivía en la Torre Le Parc de
Puerto Madero, con sistemas de vigilancia inteligentes, con códigos de ingreso,
monitoreo de cámaras y custodia constante de Prefectura, y contaba además con
custodia propia de 10 agentes de la Policía Federal.
Hoy más que nunca, no se debe permitir que una vez más se intente hacer con
el juicio de encubrimiento lo que ya se hizo con la causa principal. Porque se
descubrirá a los autores del atentado cuando se sepa quiénes los encubrieron.
Porque los delitos no tienen razones, sólo tienen móviles, y en Argentina
todavía debemos explicar lo más obvio y simple.
Creo que los argentinos nos merecemos no ser tan subestimados en nuestra
inteligencia y mucho menos cuando 85 víctimas y sus familiares todavía esperan
justicia después de 21 años.
Dra. Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina