LA ISABELICA EN UNA CAMIONETICA
JESÚS
FRANCISCO GÓMEZ
En sus buenos tiempos, por las décadas de los 70, 80, 90 y primer lustro
del 2000, La Isabelica llegó a tener jerarquía de una ciudad satélite y con una
aparente autonomía propia; ya que tenía una Prefectura, cuyo Prefecto de turno
se daba a conocer, respetaba y se
hacía respetar tanto por la población urbana como por todo el Comando Policial
de la parroquia y demás entes gubernamentales. En aquel momento era la Primera
Autoridad Civil. Había “Ley y Orden” y Obediencia hacia el Mando Civil.(...)
La Isabelica, que nació a
la par de la Zona Industrial, era una urbanización equipada con todos los
servicios públicos y privados como cualquiera metrópolis moderna; los cuales, Gobierno,
Empresa Privada y Parroquianos, sin distingo de color político trabajaban en
conjunta planificación para el ornato público de de la ciudad.
El núcleo residencial de
bien pintadas casas y edificios, rodeados por bellas plazas, jardines, áreas
verdes con flores multicolores. Época de convivencia social y solidaridad. La
Isabelica parecía una tacita de plata: Ahí resaltaban entre los verdes arboles
sus encementadas aceras, calles y veredas
que desembocaban en avenidas
asfaltadas e iluminadas con altos faroles que al llegar la noche invitaban a
caminatas nocturnas: Eran vías limpias de basuras, escombros e inseguridad;
había integración con la comunidad. Y qué decir de estas calles con sus redes
de alcantarillados, canales de drenajes, bocas de vistas donde las autoridades
sanitarias y municipales siempre pendiente de su limpieza, las cuales no
permitían colapsar a la ciudad cuando llovía.
Cada sector contaba con edificaciones educativas, centros de
salud, polideportivos, estadio de futbol, beisbol menor y mayor, con
caminaderas para el confort y relax de sus habitantes. Todas bien conservadas,
mantenidas y resguardada por cuerpo de vigilancia policial honesta y capaz.
Y paremos de contar por
que el cuento es largo, sin querer llegar al país de las maravillas de Alicia.
De repente, para finales
del primer lustro del 2000 hasta el presente día, como un Vendaval de Plagas
que va devastando todo. Sembrando la anarquía, muerte, destrucción y ruina a su
paso: ¡Caos total! Desde entonces, se instauro el reino de la Discordia. Ahora
hay mucha diferencia entre la comunidad de aquellos años y esta: “Cuando éramos
felices, pero no lo sabíamos”.
El Rojo Vendaval de Plagas se llevo de un soplo el progreso y
bienestar de La Isabelica, la alegría de su gente y su próspera Zona Industrial.
Jesusfranciscogomez53_3@yahoo.es /
@chuitoelderosa