Defensores
de los animales por todo el mundo están luchando apasionadamente para detener
la horrorosa e inexplicable masacre de delfines y ballenas de las Islas Feroe,
Dinamarca, una antigua tradición que hace tiempo perdió su sentido.
A finales de
enero de este año las imágenes de la matanza de
centenares de delfines atrapados en una bahía de la isla japonesa
de Honshu desataron una polémica a nivel internacional. No obstante, pocos
saben que cada año en un pequeño archipiélago en el Atlántico Norte se lleva a
cabo el festival sangriento llamado 'Grindadráp', en el que matan de la manera más
brutal y cruel a cerca de mil calderones o ballenas piloto y delfines.
El
espectáculo de muerte arranca en alta mar, donde los participantes buscan
ballenas y delfines y luego los conducen mediante barcos y motos a la costa,
donde los animales aterrorizados
llegan a una bahía. Una vez allí son arrastrados a las aguas poco
profundas, siendo agarrados con un gancho por el oficio nasal. Luego les cortan
la cabeza, por lo que los animales mueren en agonía desangrados, tiñendo las
aguas de la bahía de rojo intenso. Los participantes de la tradicional barbarie
no hacen excepciones y exterminan familias completas: ballenas embarazadas,
madres y sus crías, ninguna se salva de una muerte terrible y angustiosa.(...)
© YouTube / Keshav Saini
La caza de
ballenas y delfines en las Islas Feroe, situadas entre el mar de Noruega y el océano Atlántico
Norte, se ha llevado a cabo durante siglos. En tiempos lejanos la carne y
la grasa de estos animales proporcionaba una valiosa fuente de proteína animal
en la dieta de los habitantes de las islas y el aceite de ballena se convirtió
en un producto de exportación importante, además de ser utilizados para la
cocina y la iluminación. Incluso los despojos y el esqueleto se utilizaban para
la alimentación animal y fertilizantes. Sin embargo, la caza ya no proporciona
proteínas esenciales para los isleños, que disfrutan de un alto nivel de vida
derivado de las exportaciones pesqueras a Europa y EE.UU.
© YouTube / Keshav Saini
Actualmente
la matanza no puede ser explicada como suministro de alimentos, ya que los
responsables de Sanidad de las Islas Feroe hace tiempo han venido advertido de
forma insistente a la población de que ya no era seguro comer la carne de estos
mamíferos marinos debido a los contaminantes tóxicos que se concentran en sus
cuerpos y pueden causar serios problemas de salud.
Los
argumentos no importan a isleños que siguen la tradición por diversión, explicando
que forma parte de sus raíces. Algunos de ellos sostienen que para iniciar la
vida adulta, un muchacho debe matar a un delfín o una ballena.
© YouTube / Keshav Saini
Desde el año
1985 la ONG Sea Shepherd para la conservación de la fauna marina, cuya misión
es acabar con la destrucción del hábitat y la matanza de la fauna en los
océanos del mundo, ha liderado campañas para oponerse a la masacre en las Islas
Feroe. Miles de personas han firmado peticiones, sin embargo, son ignoradas por
el Gobierno de Dinamarca.