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26 septiembre, 2013

EL EXTRAÑO CASO DEL DR BONIFACIO


por Samuel Ruh  ( Especial para ENTRETODOS)
                          
Era imposible para cualquier habitante de mi edificio no verlo al salir, estaba parado justo al frente, en la acera del otro lado de la avenida. Era muy  alto, de unos dos metros veinte centímetros, su cara alargada y unas orejas grandes como platillos, muy delgado, hombros anchos pero caidos, enjuto, magro de carnes y recto como una vara. Extrañamente trajeado totalmente de riguroso negro, del cuello de su camisa negra pendía una gruesa corbata también negra, completaba su oscuro atuendo un anticuado sombrero de mediados del siglo pasado.
Que tipo tan raro y tenebroso, le dije al vigilante mientras ajustaba las trenzas de mis zapatos e iniciar mi rutinaria carrera matutina que practico  todos  los días a las cinco y treinta de la madrugada.
Si muy extraño,me respondió Andrés, tenga cuidado Señor Samuel que ese individuo esta allí desde las cuatro de la mañana, se acerco antes de pararse a donde se encuentra actualmente y me pregunto si usted vivía en este edificio, al confirmarle me dio la espalda, cruzo la avenida y esta allí,  inmóvil, me imagino que esperandolo. Yo siendo usted no saliera.
Contrariando y no haciendo caso de la recomendación del vigilante, comencé mi lento trote calle arriba, no dejando de observar por detrás de mi hombro si el extraño me seguía. Todo lo contrario, se quedo mirando como me alejaba sin intentar detenerme o llamar mi atención para que lo hiciera.(...)

Mi ejercicio diario consiste en correr lentamente subiendo por la avenida Las Acacias, llegar y atravesar la Andrés Bello, cruzar hasta los alrededores de la iglesia de la Chiquinquira por la avenida Los Samanes hasta la Libertador, recorrerla hasta encontrarme nuevamente con Las Acacias y subir hasta mi edificio.
Ese dia fue igual a todos los demás salvo el detalle de la misteriosa presencia del personaje descrito;  todo concluía sin novedad, solo que faltando unos veinte metros para llegar a mi destino, pude percibir al gigante y ademas que este al mirar que arribaba, atraveso ágilmente en dos zancadas la calle para esperarme en la puerta. Nervioso por lo que pudiera hacerme me detuve y espere que Andrés, que estaba pendiente de mi, se asomara.
No se asuste Dr Samuel, soy gente de paz e inofensiva,me dijo abordandome directamente, solo quiero hablar unos minutos con Usted, si acepta, no solo que se lo agradeceré, sino que estoy seguro que también me lo agradecerá por toda su vida, y si  logramos entendernos y llegar al acuerdo que he venido a plantearle, ambos pasaremos el resto del tiempo que nos queda ampliamente satisfechos y llenos de dinero.
Intrigado y lleno de curiosidad no me quedo mas que aceptar la entrevista, no sin antes expresarle que me permitiera subir a ducharme y vestirme, media hora seria  suficiente, de esa manera estaría mas cómodo y despejado para oír sus planteamientos. Claro que lo esperare, esta bien, muchas gracias Señor Samuel, seguro no se arrepentirá, me dijo con mucha amabilidad y voz de gente decente.
Una vez que concluí mi ducha baje acompañado de dos tazas de humeante cafe, extendí una en señal de ofrecimiento al visitante quien cortésmente la tomo en sus manos agradeciendome la acción con un gesto. Para estar mas cómodo lo hice pasar al salón de recepciones que esta cerca de la vigilancia, le señale una silla invitandole  a sentarse y yo me ubique frente a el en la otra silla iniciandose asi la conversación solicitada.
Permitame presentarme, soy Bonifacio Muller, soy hijo de emigrantes alemanes ya fallecidos, comenzó diciendo, ademas soy Doctor en Física, graduado en la Universidad de Berlin, Ingeniero mecánico y electrónico a la vez, tengo menciones en diseño de ordenadores destinados a producir señales electrónicas aplicadas a redes e impulsos artificiales iguales a los que circulan en los nervios; soy capaz de diseñar software y chips que generen y controlen movimientos y almacenen datos importantes, algo así, para su mejor comprensión, como pequeños cerebros electrónicos.
Tengo en esto mas de cincuenta años, trabajando a tiempo completo y dedicación exclusiva, esto quizás es la causa de ser un hombre solitario,  mis cuatro hijos y mi mujer hace años  que se fueron, me abandonaron y con toda razón,  ya que nunca tuve un momento para ellos, siempre subsumido en mi trabajo, el cual requiere de altísima concentración.
Usted debe estar preguntandose a estas alturas de la conversación el motivo del porque he venido a hablarle y requerir de su atención, estoy seguro que cuando se lo diga sera el primer interesado: Soy quizás el único  constructor en este pais de vida artificial. En ese momento pensé que me encontraba con un chiflado psicótico delirante de esos que abundan por las calles de Caracas.
Es usted un excelente abogado, desde hace años he seguido su trayectoria, tanto en la politica  como en el foro tribunalicio, se que es hombre limpio y con formación moral,  intachable conducta y de fiar, por eso requiero de sus servicios profesionales.