Identificados
ocho saharauis, dos con DNI español, en fosas comunes
Un
equipo español ha exhumado a las víctimas, ejecutadas en 1976 por el ejército
marroquí
Dos de
ellas son padre e hijo. Entre los restos hay dos menores de edad
Los forenses
hallaron entre los huesos sus carnés de identidad y vainas de fusil
Un
testigo que presenció los fusilamientos cuando tenía 13 años señaló el lugar
Un
equipo de investigación y forense de la Universidad del País Vasco ha
localizado en dos fosas comunes en el Sáhara e identificado mediante análisis
de ADN los restos de ocho saharauis, dos de ellos menores de edad, que fueron
ejecutados por arma de fuego el 12 de febrero de 1976 por miembros del ejército
marroquí. Dos de las víctimas tenían DNI español. Los técnicos encontraron
entre los huesos el documento de identidad de Mohamed Abdalahe Ramdan (DNI
A-4131099) y de Mulud Mohamed Lamin (DNI A-4520032). Otro esqueleto conservaba
una cartera plastificada con membrete español que contenía el carné de
racionamiento de azúcar de la época, a nombre de Salama Mohamed Ali Sidahmed.
Junto a los huesos, como ocurre en las fosas del franquismo exhumadas en
España, el antropólogo forense Francisco Etxeberria, que dirigió la
investigación con el psicólogo Carlos Martín Beristáin, encontró vainas de
proyectiles de fusil.(...)
El
equipo se desplazó los días 8, 9 y 10 del pasado mes de junio a la zona de
Fadret Leguiaa, en la región de Smara, a 400 kilómetros de los campamentos de
refugiados de Tinduf, en medio del desierto, para comprobar si, como les había
comunicado la Asociación de Familiares de Presos y Desaparecidos Saharauis (AFAPREDESA)
allí había restos humanos de víctimas saharauis.
Familiares
de las víctimas informaron al equipo de investigación de la existencia de un
testigo que había presenciado las ejecuciones: Aba Alid Said Daf, que tenía 13
años cuando se produjeron los hechos. El equipo español corroboró su identidad
y le entrevistó. Los resultados de la investigación forense, documental y
genética de la fosa “corroboraron absolutamente su relato”, según el informe
elaborado por Etxeberria y Beristain.
Un
testigo: "Le disparó directamente, en pleno corazón"
El 12 de
febrero de 1976 fuerzas militares marroquíes desplegadas en la zona de Amgala
detuvieron a varios beduinos. Varios de sus familiares fueron testigos de la
detención colectiva. El testigo, Aba Ali Said Daf, fue detenido, a pesar de ser
menor de edad, con otros dos beduinos, vecinos y conocidos suyos: Mohamed Mulud
Mohamed Lamin y Abdelahe Ramdan.
“Hacia
las ocho de la tarde vino uno [militar marroquí] en un coche jeep. Llamó a
Mohamed Mulud primero. Le preguntó: ‘¿Dónde están los Polisario?’. La segunda
pregunta que le hace es: ‘Dame tu carné de identidad’. Mohamed Mulud negó tener
conocimiento del Polisario. Acto seguido le disparó [el militar marroquí]
directamente, en pleno corazón. Luego llamó a Abdelahe Ramdan y le hizo la
misma pregunta que a Mulud, disparándole de la misma manera. El hombre que les
disparó tenía pistola, pero cogió un fusil para hacerlo”, relató Aba Ali Said
Daf a los investigadores españoles.
El chico
también fue testigo de la detención de Bachir Salma Daf, otra de las víctimas
halladas en la fosa, de solo 14 años. Aba Ali Said Dad declaró que escuchó la
voz del padre del chico, Salma Daf Salec Bachir, suplicando que no lo mataran.
Ambos fueron ejecutados.
Ese día
también fueron detenidos Sidi Salec, menor de edad, Sidahmed Segri Yumani,
Salma Mohamed Sidahmed y Salama Mohamed Ali Sidahmed. Sus familiares no
volvieron a saber de ellos. Todos eran beduinos que vivían del pastoreo de
camellos y cabras.
Marruecos
dijo que habían muerto en un cuartel militar
Durante
tres décadas, explica el informe, Marruecos no dio respuesta oficial a las
familias sobre su paradero. El informe de la Instancia de Equidad y
Reconciliación (2006) de Marruecos recogía información sobre cuatro de los
detenidos aquel día, asegurando que habían sido llevados al cuartel de Samara y
que allí habían fallecido durante el tiempo de detención. El informe marroquí
señala sobre Salma Daf Sidi Salec: “Arrestado por el ejército real en junio de
1976 en Smara, fue conducido a una de sus bases, donde falleció”. De su hijo,
Bachir Salma Daf, de 14 años, dice lo mismo. De Salama Mohamed Ali Sidahmed,
“fallecido durante el secuestro sin fecha exacta”. De Abdelahe Ramdan,
“arrestado el 22/02/1976 en Amgala por el ejército, fue conducido hacia la base
militar de Samara, donde falleció, sin fecha exacta”.
El
equipo de investigación español ha demostrado que dicha información es falsa:
tanto las fechas señaladas como los hechos. “Las detenciones ocurrieron el
mismo día y los detenidos no fueron trasladados a ningún cuartel, sino que
fueron ejecutados inmediatamente en el mismo lugar”, recoge el informe. El
análisis genético lo confirma.
Los
asesinos enterraron superficialmente a las víctimas. A finales de febrero de
2013 un pastor llamado Abderrahman Abaid Bay encontró unos restos humanos
esparcidos sobre la arena en la zona. Cuando el equipo de investigación y
forense llegó al lugar, descubrió un hueso fémur derecho semienterrado,
afectado por la exposición solar.
Un
jersey azul y un rosario
Además
de los DNI españoles ya señalados, los forenses recuperaron prendas que vestían
las víctimas el día de su desaparición y que sus familiares habían descrito a
la perfección antes de que se abriera la fosa y se comprobara que tenían razón.
Así, Mahmud Salma Daf identificó el jersey azul de su hermano, que tenía 14
años cuando lo mataron, y las cuentas del rosario de su padre.
Pese a
que los entierros fueron superficiales, algunos de los objetos se habían
conservado muy bien “debido a la falta de humedad que se da en el desierto y a
las características del terreno”, explica el informe.
Debido a
que la zona está bajo supervisión, por parte de la MINURSO, del Alto el fuego
firmado por las partes en 1991, los restos, explica el equipo de investigación,
“fueron dejados debidamente protegidos y señalados en el lugar donde se
encontraron, con el objeto de que se realice próximamente una misión de
verificación oficial que pueda concluir con la entrega de las víctimas a sus
familiares y se instauren medidas para la protección de otras fosas que se
encuentran en la zona”. Actualmente, asegura el informe, “existen más de 400
víctimas de desaparición forzada saharauis”.
“Hasta
que se complete el proceso”, explica Sidi Mohamed Sidahmed Segri, “pedimos que
haya vigilancia para asegurar el sitio. No tenemos palabras para agradecer el
paradero de mi padre. Para nosotros es como una luz, porque todo ha sido
oscuro. En nuestra religión, cuando no existe la tumba de un familiar para ir a
visitarlo, no se puede tener duelo”.
El
informe del equipo de investigación concluye: “Las implicaciones jurídicas y en
términos de derecho internacional de los derechos humanos de este caso son
evidentes y muy relevantes. Deberían ser evaluadas por las autoridades
saharauis y españolas, dado que se trata de ciudadanos saharauis con DNI
español, y por los órganos y mecanismos competentes del sistema de Naciones
Unidas de protección de derechos humanos. Asumiendo las autoridades de
Marruecos su responsabilidad en el caso”.