Luis Fuenmayor Toro
De Juan Bautista Fuenmayor aprendí, cuando era muy joven,
que la práctica era el único criterio de verdad. Recuerdo hasta
el ejemplo simple que me dio al respecto y la diferencia entre la
verdad científica y la verdad artística También aprendí que a la
gente se la conoce por lo que hace y no por lo que dice. Algún
filósofo a lo mejor tratará de sacarme de mis errores conceptuales,
pero estos conceptos me han servido en mi vida de 67 años y
la experiencia de mis últimos tiempos de alguna manera me los
han ratificado, independientemente de estar siempre abierto a la
posibilidad de aprender nuevas cosas de quienes saben más que
yo, que no son pocos.
Hace poco escribimos que el Gobierno iba a tener (...)
problemas en
varias de las gobernaciones, a raíz de la tardanza en seleccionar
los candidatos a gobernadores y por la forma autoritaria de
escogerlos, sin la consulta obligada a las bases chavecistas ni
a los aliados del “Gran Polo Patriótico”. Señalamos como más
difíciles a las de Trujillo, Bolívar y Mérida. La práctica social nos
ha dado la razón, pese a que un viejo amigo, furibundo fanático
del Presidente, me sermoneara diciéndome que la razón estaba del
lado de la cúpula pesuvista.
Pues no. Aunque mi amigo me tiró el teléfono, Hugo Cabezas
dejó de ser candidato a la gobernación de Trujillo porque no
lo quería su propia gente. Inmediatamente se designó, como lo
hacen los militares, al trujillano general Rangel Silva, para ese
momento Ministro de la Defensa. El procedimiento no cambió.
Sin consulta a las bases ni a los aliados se designa un nuevo
candidato y problema resuelto, lo que en este momento no tengo
forma de saber si es cierto. Pero, lo que me interesa recalcar es
que teníamos razón cuando hicimos los señalamientos en torno a
Cabezas y no era que nos comportábamos como unos escuálidos
irredentos, traidores a la patria jugando a la desestabilización.
Otro sitio de graves problemas es Bolívar, donde incluso la
situación con el gobernador actual y candidato es hasta mucho
más grave que la trujillana. Pero allí no hay cambios, pues
Rangel Gómez debe ser una de esas piezas que tiene demasiados
conocimientos del desempeño del Gobierno.