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10 agosto, 2011

MORIR EN EL DOMINGO LUCIANI

Es un negocio para las funerarias

Redacción Entre Todos

Si los familiares no acceden a llevar el cadáver de su ser querido a las funerarias indicadas por los funcionarios de la morgue les, retrasan la entrega del cuerpo y reciben amenazas.

La muerte de un familiar es siempre una contradicción, un evento doloroso, pero si ocurre en el Hospital Domingo Luciani, lo es más. Conseguir una cama en este centro de salud es equiparable a una odisea (al igual que en casi todos los hospitales de Venezuela), pero lo que sucede en la morgue es como un cuento de espanto.

El personal que ahí labora, específicamente, el señor Márquez y el señor Rojas, también llamado "El Gocho", tienen negocios con determinadas funerarias, sobretodo con la Funeraria El Rosal. Cuando una persona fallece y comienza el periplo de los familiares para enterrarla. Gestionar el acta de defunción elaborada por el médico, parcela en el cementerio, servicios funerarios, trámites en el registro para el certificado definitivo de defunción y sobretodo conseguir el dinero para todo esto, puede ser un dolor de cabeza que dure días, pero esto se hace incómodo e inhumano cuando estos funcionarios públicos que deberían estar al servicio de la gente, revierten el proceso y es la gente la que queda a merced de ellos: si la familia se niega a llevar el cadávera esta funeraria, tardan la entrega del cuerpo hasta 2 días, alegando mil razones que los familiares, en su dolor no terminan de comprender.

Ante esta situación, que además es conocida por todos dentro del Domingo Luciani no hay nadie que intervenga, si usted no es amigo del director del hospital, de algún militar o de algún médico, mejor muera en otro lugar.