Vistas de página en total

10 agosto, 2011

EDITORIAL

Una verguenza nacional

Intervenir llamadas telefónicas sin autorización judicial es, en nuestro país y en cualquier parte del mundo, un delito grave; en Colombia, aquí mismo al lado, el caso de las "chuzadas o pinchazos" tiene al ex-presidente Uribe, uno de los todo poderosos de la política del hermano país, contra la pared, de hecho, algunos de sus más cercanos colaboradores tienen orden de arresto o están presos ya. Allá el poder judicial investiga a fondo cada denuncia de intervención telefónica ilegal. Aquí, en nuestra querida y atormentada Venezuela, las cosas son bien distintas, no sólo los organismos policiales y para policiales interceptan a diestra y siniestra y sin la orden de un juez, miles de teléfonos, correos electrónicos, etc., por razones políticas, económicas o simplemente para chantajear a alguien, sino que, además, alardean de su conducta delictiva al hacerla pública y lo que es peor aun a través de medios oficiales, sobre todo, de Venezolana Televisión, VTV, el canal que financiamos todos lo venezolanos, televisora que, se supone, debe dar el ejemplo y cumplir con las leyes escrupulosamente. Lo peor de todo este asunto es que en nuestro país no hay un juez, ni un fiscal que se atreva, aunque sea para cubrir las apariencias, a abrir una investigación por este grave delito. Todo lo contrario, algunos desvergonzados pretenden hacernos creer que las intervenciones telefónicas son una cosa normal. Dan asco. Todo este asunto constituye una verdadera vergüenza nacional.