Cada vez que el presidente Hugo Chávez visita Carabobo, en especial su capital, Valencia, le gusta sentirse en contacto con “el pueblo” y que mejor lugar para hacerlo que las inmediaciones de la Plaza de Toros, punto estratégico en el sur de la ciudad.
Sin embargo, para los trabajadores de la Maternidad del Sur cada visita del presidente es un dolor de cabeza, pues se entorpece la entrada a este recinto hospitalario. El 4 de febrero en cuestión, el primer mandatario nacional, ya en campaña electoral, decidió conmemorar los 19 años de su fracaso al intentar tomar el poder y en los preparativos del evento se retraso la entrada del personal médico, paramédico, empleados y obreros, quienes tuvieron que hacer pericias para llegar a sus puestos de trabajo.
Los empleados del centro de salud no podían acceder a debido que los organizadores cerraron los accesos a la Maternidad y los bebés tuvieron que esperar horas para recibir su atención de rutina. Afortunadamente. En el tiempo que duró el desastre no se presentó ninguna parturienta con dolores, pues de haber ocurrido así la tragedia no se hubiera hecho esperar. Médicos y enfermeras tuvieron que dejar sus vehículos a más de 4 cuadras para poder llegar al centro hospitalario, pero para una madre en trabajo de parto esto hubiera sido imposible.
Es importante que el presidente de la República y sus seguidores tomen en cuenta que la mejor manera de honrar al pueblo y al país es respetando a las personas y asegurándoles una atención de calidad. No es posible que cada panfletaria celebración que se invente el gobierno en Valencia, signifique, no solo desorden en las arterias viales, sino poner el peligro la vida de las parturientas que usan la Maternidad del Sur. Deberían hacer estos actos de masas en lugares donde no entorpezcan la cotidianidad de la ciudad.
