UN AÑO ESPERANDO JUSTICIA
Hace un año se iniciaron las acciones de más de dos mil educadores que en forma interina estaban contratados por la Secretaría de Educación del gobierno de Carabobo, trabajadores que avizoraban un despido masivo en esa dependencia al finalizar el año escolar, pues no les renovarían los contratos y les someterían a un concurso de credenciales totalmente ilegal, no autorizado por el Ministerio de Educación.
Comenzó una campaña informativa sobre lo que los afectados llamaban los “polloconcursos”, exhortando a la solidaridad con los educadores que serían despedidos ya que los que se desempeñaban en áreas especiales como cultura, informática, etc., no se incluían en los concursos, además, se excluía a los formados en misiones y otros programas educativos gubernamentales y, era lógico pensar, se favorecería a partidarios del gobierno regional en la calificación de credenciales.
Las acciones incluyeron una solicitud ante el Tribunal Superior Contencioso Administrativo de la Región Centro-Norte, para que se anularan los “polloconcursos” por todas las razones de ilegalidad que presentaban.
Ocurrió el despido masivo. Vino la toma de la Secretaría de Educación, y después de varias semanas se anunció que las autoridades educativas reengancharían a los despedidos, lo que se materializó en un reducido grupo de docentes, hoy casi 400 educadores reclaman sus derechos. Del grupo inicial abandonaron unos cuantos, decepcionados, convencidos que es inútil luchar contra las componendas políticas, contra la deslealtad de compañeros que se prestaron a la farsa de los “polloconcursos” a cambio de beneficios personales y familiares, pero sobre todo, contra la injusticia que reina en nuestra sociedad.
A un año de haberse iniciado ese atropello uno se pregunta ¿por qué no se cumplen las leyes? Preocupa que las arbitrariedades se impongan a las leyes. Pese a todo, confiamos que tarde o temprano se resarcirá el daño causado a estos docentes. No podemos perder la esperanza de una sociedad justa.
CONCIENCIA VERDE
Tiempo atrás conocimos el proyecto de un arquitecto mexicano, se trataba de “techos verdes” para los edificios. Todo consistía en cubrir los techos con dispositivos para plantas, ornamentales, comestibles, medicinales, para crear un colchón vegetal que aminorara el calor generado por el sol sobre el cemento. Más reciente, está la propuesta de arquitectos venezolanos de hacer ley la siembra de árboles en todos los espacios urbanos, un árbol cada seis metros, copiando una experiencia muy positiva en China, creando una capa vegetal que ayuda a disminuir la temperatura. Una buena manera de corregir el “efecto cemento” y civilizar y embellecer las ciudades. Otros arquitectos hablan de los “edificios verdes”, donde la tecnología está al servicio de la protección ambiental y la calidad de vida, procurando el ahorro de energía y la disminución de los gases invernadero.
Buenas ideas que pudieran materializarse mediante normas, reglamentos y decretos municipales, regionales o nacionales. Falta que hace una conciencia verde para salvar el planeta.
RICKY SE ATREVIÓ OTRA VEZ
Escándalo en internet. Ricky Martín salió otra vez del closet. Después de admitir su homosexualidad, a los pocos días confesó que era castro-chavista. De inmediato se conoció la reacción de dos de los más furibundos cantantes internacionales antichavistas, el colombiano Juanes y el español Alejandro Sanz, quienes aseguraron que habían destruido los discos de Ricky. Sanz dijo que se han infiltrado “chavistas y comunistas” en el mundo del disco.
El boricua rompió el silencio sobre sus simpatías políticas, dijo ser socialista como su colega del grupo Calle 13, el “Residente” René Pérez y que siempre temió a las acciones de Emilio y Gloria Stefan y los anticastristas de Miami, que intentan destruir a todo el que no comulgue con sus ideas.
Cierto o falso –por internet se rebota cualquier cosa-, lo interesante son las verdades que ha soltado Ricky Martin sobre el mundo del espectáculo.