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24 febrero, 2010

PLAZA CARACAS... ENTRE CARAQUEÑOS TE VEAS

Giuseppe Pipitone


Vivir en la muerte

Después de un largo tiempo, las súplicas de muchas personas que viven entre la avenida Mónaco con calle París, fueron escuchadas. Al fin, la autoridad del municipio Sucre, Carlos Ocariz, se decidió a asfaltar varios tramos de estas importantes vías. Los cráteres desaparecieron por completo y el trabajo se hizo en tiempo record y como debía ser: maquinarias removieron la capa de asfalto que causaba el problema y se dispusieron a terminar el trabajo comenzado en horas de la madrugada para evitar molestias innecesarias. Las reiteradas denuncias relacionadas con la recolección de la basura también surtieron efecto, puesto que ahora recogen la basura muy rápidamente. La gente está contenta, porque ya no hay nubes de moscas ni olores putrefactos en las calles. Ojalá no haya que recurrir a la protesta, como se hizo, para acabar con los problemas que aún persisten en este municipio capitalino. La buhonería y los altos niveles de inseguridad, ya se han vuelto situaciones del día a día. Muchas familias han perdido a sus seres queridos producto de la inseguridad galopante. Existen muchas bandas armadas que hacen vida en este sector del este de la Gran Caracas y en sus enfrentamientos, siempre caen abatidos los que no tienen nada que ver con el asunto... llevar una vida en un barrio caraqueño, es vivir en la incertidumbre de no saber si se llegará vivo a casa. Es vivir en la muerte, más bien sobrevivir con la idea de acostumbrarse a convivir con la muerte. Es el momento de hacer algo en esta materia. Todas las encuestas ponen a la inseguridad como el principal problema a enfrentar, incluso se antepone a la pobreza y la falta de vivienda, lo cual deja mucho que desear. Llegó la hora de que el Estado se ponga los pantalones y haga políticas públicas que ayuden enfrentar este problema que tanto dolor ha dejado en el recuerdo de los venezolanos. Un gran país como el nuestro, merece mayor calidad de vida y en esta titánica tarea, todos somos partícipes.