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15 enero, 2010

LLEGAMOS AL LLEGADERO



Llegó 2010, un año de definiciones, de retos, de tareas, (¿de rectificaciones?) y, además, un año electoral. Como todos sabemos, la Asamblea Nacional, es un organismo que define la gobernabilidad en nuestro país. Es el Parlamento el que nombra los altos jueces del Tribunal Supremo de Justicia, al Fiscal General, al Poder Electoral, hace leyes, controla al Ejecutivo y pare usted de contar. Desde esa instancia, se puede facilitarle las cosas al Ejecutivo, se puede sabotearlo o, simplemente, se puede fiscalizarlo en positivo.

Como están las cosas, el presidente Chávez tendrá por delante uno de los retos políticos más importantes de su vida, porque no sólo tendrá que derrotar a la oposición, además, tendrá que vencer la crisis en el sector eléctrico y en el suministro de agua potable, la baja de los precios del petróleo y, sobre todo, la incompetencia manifiesta de algunos de sus ministros, gobernadores y alcaldes.

La oposición, por el momento, no da pie con bola. Sus líderes siguen siendo más de lo mismo: bueyes cansados, viudas de la cuarta República, la mayoría de ellos vendería a su patria por cuatro lentejas; pero no hay que llamarse a engaños, han crecido y la inexplicable aprobación de la Ley Orgánica de Procesos Electorales, los obliga a juntarse, aunque aún así, el grueso de los venezolanos no confía en ellos.

En este cuadro, puede surgir un tercer sector, aún en pañales, pero está allí; las más recientes encuestas así lo revelan. En Chile, muy recientemente, un tercer candidato, derrotó la polarización: sacó el 20% de los votos y hoy es el gran elector para la presidencia de ese país. Esto pudiera ocurrir en Venezuela, sobre todo si no hay rectificaciones del lado chavista. Oído al tambor.