F.M.
*La persecución contra el semanario Kikirikí, que dirige el notable periodista Rafael Rodríguez Olmos, se ha intensificado. Ya sólo no se limita a la Alcaldía de Valencia, al parecer, por una orden superior, ¡vaya usted a saber de quién es!, el Kikirikí lo mandan a recoger funcionarios de varias alcaldías “bolivarianas” de Carabobo. Debería dedicarse a mejores causas.
*El alcalde titular del municipio Sifontes del estado Bolívar, Carlos Chancelor, aún permanece detenido en una comisaría policial. Todos los juristas que hemos consultado, coinciden en que no hay ninguna razón legal para que Chancelor siga preso. Voceros del PPT, el partido del alcalde, han acusado al gobernador Rangel Gómez y a la empresa minera Cristalex de estar detrás de la detención del alcalde de Sifontes.
*Los rumores de ventas de cupos en la Universidad de Carabobo son ensordecedores. Hasta hace algún tiempo se hablaba de este tema sólo en determinadas facultades, pero ahora historias de este tipo se cuentan en toda la universidad. En los pasillos de la U.C. corre la versión que en algunas carreras un cupo puede costar hasta 12 mil Bs.F. Las autoridades universitarias y el CICPC deberían abrir una investigación sobre este tema.
*Las colas para adquirir una bombona de gas en Mariara, son kilométricas. Todos los días entre 200 y 300 mariareños tienen que pararse frente a la alcaldía a hacer la “fila de la incompetencia”, a ver si pueden obtener un recipiente con gas para cocinar, que han debido pagar previamente para más ñapa, ¿y el Indepabis?
*Un significativo grupo de dirigentes políticos, parlamentarios, concejales, profesores universitarios, dirigentes sindicales y luchadores sociales, presentaron ante el país un documento titulado: “No nos está permitido perder la esperanza”, que ha causado un enorme impacto en las filas del chavismo, pero también en importantes sectores de los llamados ni-ni. Ahora, los promotores del documento en cuestión, tienen pensado buscar nuevos adherentes en todos los estados y municipios de Venezuela.
*El Embajador de Estados Unidos en Venezuela, lleva casi cuatro meses en el país y aún no ha sido recibido en Cancillería. Todavía hay muchas interrogantes en la relación venezolano-nortemaricana.