De regreso de
su primera gira internacional, el Pontífice estadounidense criticó de forma
elíptica al gobierno de Trump y rechazó cualquier intervención militar para
derrocar a Nicolás Maduro
Corresponsal
en Italia Elisabetta Piqué*
ABORDO DEL
VUELO PAPAL.– Confirmando la tradición de las conferencias de prensa a diez mil
metros de altura que inauguró su predecesor argentino, poco después de que el
avión papal despegó desde Beirut con rumbo a Roma el papa
León XIV se desplazó a la parte trasera de la aeronave.
Después de
unos aplausos y de agradecer la labor de los periodistas durante la gira,
respondió a ocho preguntas. Una de ellas –formulada por esta enviada en nombre
de los periodistas hispanohablantes– fue sobre la situación
de altísima tensión en Venezuela.
Al respecto, el primer Pontífice estadounidense fue tajante: criticó elípticamente al gobierno de su país de nacimiento -como ya lo hizo en el pasado, al hablar sobre la política migratoria de Donald Trump- y rechazó cualquier uso de la fuerza por parte de Estados Unidos para derrocar al régimen de Nicolás Maduro. Y advirtió que hay otras maneras, diálogo, negociaciones e incluso “la presión económica”.
“A nivel de
la conferencia episcopal, con el nuncio, estamos buscando maneras para
calmar la situación, buscar, sobre todo, el bien del pueblo, porque tantas
veces el que más sufre en estas situaciones es el pueblo, no son las
autoridades”, dijo.
“Las voces
que vienen de Estados Unidos cambian. Con cierta frecuencia a veces hay que
ver: por un lado, parece que ha habido una conversación por teléfono de los dos
presidentes; por otro lado, hay ese peligro, esa posibilidad, de que haya
una actividad, alguna operación, incluso invadiendo el territorio de Venezuela”,
agregó, y demostró estar bastante informado.
“Yo no sé
más... Yo, de nuevo, creo que es mejor buscar maneras de diálogo, quizás
incluso presión económica, pero buscando otra manera para cambiar, si es lo que
deciden hacer en Estados Unidos”, sumó.
Los próximos
viajes
Ante otra
pregunta sobre sus futuros viajes, aunque confirmó su intención de viajar
a la Argentina y Uruguay -dos asignaturas pendientes que le dejó
Francisco- y a su amado Perú, aseguró que aún no hay nada decidido y
que esa gira no es inminente. Antes, de hecho, adelantó que, como Papa
agustino, quiere visitar a Argelia, tierra donde nació y vivió San Agustín
y algún otro país africano, que prefirió no revelar.
“En cuanto a
los viajes, seguro -insistió-, no hay nada. Espero realizar un viaje a
África, ése sería el segundo viaje”, aseguró. Consultado sobre qué país de ese
continente planea visitar, reveló: “Personalmente desearía ir a
Argelia para visitar los lugares de la vida de San Agustín”.
“Pero también
para continuar con el tema del diálogo y de la construcción de puentes entre el
mundo cristiano y el mundo musulmán”, continuó, en un intercambio de poco más
de 20 minutos. “Ya en el pasado tuve oportunidad de hablar de este tema, y San
Agustín ayuda mucho como puente porque en Argelia es muy respetado como hijo de
la patria”, sumó.
“Evidentemente, me
gustaría mucho visitar América Latina, Argentina, Uruguay, que están esperando
la visita del Papa. También pienso que en Perú me recibirán, si voy a
Perú, muchos países vecinos, pero, todavía el proyecto no está definido”,
aseguró, aunque reconoció que ocurrirá en 2026 o 2027.
Sobre Medio
Oriente
Ante otra
pregunta sobre el conflicto en Medio Oriente y si estaba al tanto de
una carta que le envió el grupo chiita libanés Hezbollah (diezmado
por Israel, que lo considera terrorista, pero que en el Líbano es un partido
político), aseguró que la Santa Sede trabaja detrás de bambalinas y habla
con todos sus protagonistas para poder detenerlo.
En este
sentido, sugirió haberse reunido con algún referente de Hezbollah y
dijo haber visto su misiva.
“Durante este
viaje también tuve encuentros personales con representantes de diversos grupos que
representan, en realidad, autoridades políticas, personas o grupos que tienen
también algo que ver con los conflictos internos o también internacionales en
la región”, dijo.
“Nuestro
trabajo principalmente no es una cosa pública que declaramos por las calles, es
un poco entre bastidores. Una cosa que ya hemos hecho, en efecto, y queremos
hacer para tratar de convencer a las partes a que dejen las armas, la
violencia y se reúnan alrededor de una mesa y buscar soluciones que no son
violentas, sino que pueden ser más eficaces. Es mejor para el pueblo”, aseguró.
“Sí, vi la
carta” de Hezbollah,
admitió asimismo, “evidentemente de parte de la Iglesia está la propuesta que
dejen las armas y que buscamos el diálogo, pero, más de esto prefiero no
comentar en este contexto”, añadió.
Ante otra
consulta sobre qué le diría a algunos católicos de Europa que creen que el
Islam es una amenaza para la identidad cristiana de Occidente, habló de la
importancia del diálogo y del respeto y de que todas las religiones trabajen
juntas para evitar esto.
“Sé que en
Europa hay muchos miedos, pero la mayoría de las veces son generados
por personas
que están en contra de la inmigración y que intentan mantener fuera a
las personas que pueden venir de otro país, de otra religión, de otra raza”,
advirtió. “Y en este sentido, me gustaría decir que todos necesitamos trabajar
juntos. Una de las cosas positivas de este viaje es haber llamado la atención
del mundo sobre la posibilidad de que el diálogo y la amistad entre musulmanes
y cristianos sean posibles. Creo que esta es una lección importante que debemos
escuchar en Europa y Norteamérica. Quizás deberíamos tener un poco menos
de miedo y buscar formas de promover un diálogo auténtico y el respeto”,
sumó.
Preguntado
por la guerra en Ucrania y si puede haber una negociación para una paz justa
sin Europa, que
ha sido sistemáticamente excluida por la presidencia estadounidense en estos
meses, volvió a criticar a su madre patria.
“Es evidente
que, por un lado, el presidente de los Estados Unidos cree que puede promover
un plan de paz que le gustaría llevar a cabo y que, al menos en un primer
momento, no cuenta con Europa. Sin embargo, la presencia de Europa es
importante y esa primera propuesta se modificó también por lo que Europa estaba
diciendo”, apuntó.
“Concretamente
-agregó-, creo que el papel de Italia podría ser muy importante. Cultural
e históricamente, Italia tiene la capacidad de actuar como mediadora en un
conflicto entre diferentes partes. También Ucrania, Rusia, Estados Unidos... En
este sentido, podría sugerir que la Santa Sede fomente este tipo de
mediación y que busquemos juntos una solución que realmente pueda ofrecer
paz, una paz justa, en este caso en Ucrania”.
*Tomado de La
Nación / Argentina. Imagen: Alessandro Di Meo - ANSA Pool Photo.