Por Álvaro
Piqueras
A todos nos
pasa. Entramos en una estancia, pero no recordamos para qué hemos ido.
O nos olvidamos del nombre de un viejo conocido cuando nos encontramos de nuevo
con él. O no nos acordamos de datos e información a priori perfectamente
interiorizada como un número de teléfono, una dirección o la edad de un
familiar. O de dónde hemos aparcado el coche cuando salimos de un centro
comercial o de una tienda. Es normal.
Es probable
que en determinadas situaciones simplemente no estemos lo suficientemente
concentrados o que estemos preocupados por otras cosas y no prestemos la
atención suficiente. La mayoría de nosotros tenemos lapsos de memoria,
pero a partir de determinadas edades pueden ser señales de un incipiente
deterioro cognitivo.
“La mayoría de estas muestras de pérdida de memoria son pecados de falta de atención. Si estás en una fiesta y no estás prestando atención a alguien porque sigues pensando en algún asunto relacionado con el trabajo, de repente te das cuenta de que no recuerdas su nombre. Lo primero es guardar la información en la memoria, es decir, consolidarla, y luego ser capaz de recuperarla. Pero si nunca la has consolidado, no existe”, aseguraba el doctor Richard Restak, prestigioso neurocientífico y autor de más de 20 libros, en una entrevista concedida a The Guardian.
“Pero si
olvidas dónde dejaste las llaves del coche y finalmente las encuentras dentro
de la nevera, o la abres y está el periódico, eso es el primer síntoma
de algo grave: eso va un poco más allá del olvido”, añade el ex presidente
de la Asociación Estadounidense de Neuropsiquiatría.
Cómo prevenir
el deterioro cognitivo
Afortunadamente,
no solo se puede mejorar la memoria con la práctica, como por ejemplo leyendo
con regularidad, sino que cada vez parece más probable que algunos
casos de Alzheimer y deterioro cognitivo se puedan prevenir apoyándose en un
estilo de vida saludable. Y no sólo potenciando aspectos como mantenerse
activo, descansar adecuadamente, cuidar la vista y la audición o adherirse a
una dieta saludable, sino también evitando ciertas sustancias.
“El alcohol
es una neurotoxina muy, muy débil, no es bueno para las células
nerviosas. Recomiendo encarecidamente a todos mis pacientes que pasados
los 65 años se abstengan total y permanentemente de beber alcohol”, zanja
el neurocientífcio.
“Nadie
puede garantizar que alguien no vaya padecer demencia. Yo lo comparo con
conducir un coche: no se puede garantizar que no se vaya a tener un accidente,
pero si se lleva el cinturón de seguridad, se controla la velocidad y se
mantiene el coche en buen estado, se pueden reducir las posibilidades”,
concluye el doctor Restak.
Tomado de
Men´sHealth.