En la era de
la mensajería instantánea es poco común que las grandes audiencias escuchen a
un académico. Pero el historiador y filósofo israelí Yuval Noah Harari ha
vuelto a llamar la atención de miles de seguidores con el lanzamiento de la
versión ilustrada de Sapiens, que relata cómo los hombres pasaron de ser
una especie insignificante hace millones de años a estar en el tope de la
cadena evolutiva.
La versión en
cómic realiza algunos ajustes, pero conserva gran parte del contenido del
Sapiens original, que ha vendido unas 10 millones de copias y ha sido
traducido a 50 idiomas. La recién publicada novela gráfica fue posible
gracias a la coautoría de los artistas David Vandermeulen y Daniel Casanave.
En la versión ilustrada, Harari le cuenta a su sobrina imaginaria Zoe la fascinante historia de la evolución de una especie más de primates que deambulaba por las sabanas africanas y que pasó a dominar al mundo. La ventaja evolutiva del sapiens sobre los otros homínidos fue la habilidad de imaginar, de conversar, de crear complejos sistemas simbólicos como la religión, la política y la cultura.
En una
entrevista a The Guardian,
Harari dijo que explicar la historia del hombre responde a una necesidad
fundamental. "Al vivir en un mundo globalizado necesitas una
comprensión panorámica de la historia para entender verdaderamente tu propia
vida. La mayoría de los sistemas educativos solo te enseñan la
historia de tu propio país, tu religión y tu cultura".
Al terminar
los 12 años de educación básica en Israel, Harari no había escuchado sobre la
historia de China ni nada que hubiese existido antes del judaísmo.
Mucho
conocimiento y poca sabiduría
La
popularidad alcanzada por sus escritos lo ha convertido en una especie de gurú
al que todos quieren consultar. Pero Harari insiste: "No tengo
idea de lo que ocurrirá. El motivo de escribir libros es tratar de cambiar el
futuro, no predecirlo".
Sin embargo,
al armar el rompecabezas del pasado prevé un porvenir atemorizante,
especialmente desde que comenzó la crisis de la COVID-19.
Y no es
precisamente al virus a lo que teme.
"En la
larga historia de la humanidad, la Peste Negra y la influenza de 1918-19 fueron
mucho peores. La Covid-19 es una epidemia relativamente leve en términos de
mortalidad. Su potencial más peligroso es cómo nos impactará para lidiar con
otras amenazas. La guerra nuclear, el colapso ecológico y el ascenso de
tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial: esas son tres amenazas
que realmente pueden destruir la civilización humana si no las manejamos
correctamente".
Harari
explicó que todos esos peligros necesitan de la cooperación mundial para
enfrentarlos y teme que si reaccionamos equivocadamente a la crisis del
coronavirus pudiéramos destruir lo poco que queda de esa alianza.
Teme
que la pandemia creará un mundo más pobre y violento, que no será capaz
de diseñar y poner en marcha un plan de acción conjunto para combatir el
calentamiento global o regular el crecimiento desmedido de la inteligencia
artificial. "Ese es el resultado más peligroso de todos".
Para combatir
las amenazas, la clave es que la información veraz esté al alcance de todos.
"Cuando
miras lo que ocurre en el mundo con la Covid-19 y todas las teorías de la
conspiración, te das cuenta de la importancia de que la ciencia llegue a todos
y no sólo a una pequeña élite".
En una
entrevista concedida anteriormente al diario El
Confidencial ya había expuesto esos
argumentos: "El gran problema no es el virus, el gran problema son
los demonios interiores de la humanidad. Tenemos el conocimiento científico
para solucionar esta crisis, pero no la sabiduría política para hacerlo".
Uno de los
desafíos que observa el historiador es que la ciencia es mucho más compleja que
las teorías conspirativas y los científicos usan un lenguaje que es difícil de
entender para el hombre común. Uno de los motivos es que las personas no
piensan con gráficos ni números, sino que comprenden el mundo a través de las
historias. El conocimiento esencial se transmite al escuchar y repetir
cuentos.
Por eso en la
versión gráfica de Sapiens, Harari se aferró a los hechos y teorías científicas,
pero experimentó con nuevas maneras de contar la historia de la humanidad, para
ese conocimiento llegue a muchas más personas.
Manipulación
vs libre albedrío
Hariri dijo
que como entendemos cada vez mejor los mecanismos biológicos, sociales y
culturales que hay detrás de nuestras decisiones es más sencillo
manipularlas. "La gente más fácil de manipular es la que cree en
el libre albedrío, porque ni siquiera sospecha que puede ser manipulada".
Y
precisamente no de los puntos ciegos que hemos tenido en la pandemia ha sido
autorizar el uso de tecnología de vigilancia masiva. "Es la primera vez en
la historia de la humanidad que puedes seguir a todo el mundo todo el tiempo y
reunir y analizar tantos datos de cada individuo que entiendes a esa persona
mejor de lo que ella se comprende a sí misma. Con la epidemia, la
excusa es la necesidad de interrumpir el contagio. Pero, si no vamos
con cuidado, esto puede ser el origen del peor sistema totalitario que haya
existido jamás. Nuestra libertad está seriamente amenazada".
En uno de sus
videos publicados en su canal de YouTube, Harari ya había dicho que
lo más importante que hay que saber del siglo XXI es que los humanos se
están convirtiendo en animales hackeables. Afirmó que ya no solo
pueden meterse inadvertidamente en nuestros teléfonos móviles, en nuestras
cuentas bancarias. Sino que muy pronto algunas corporaciones y gobiernos podrán
hackear tu cuerpo y tu cerebro.
"A lo
largo de la historia, las almas humanas fueron una caja negra insondable".
Sólo las personas más cercanas como padres o amantes podían conocer las
intimidades de un individuo. Y por mucho que trataran, el conocimiento que
lograban obtener los sacerdotes, comerciantes y tiranos era muy superficial.
Explicó a los
jóvenes que están madurando justo en el momento en que la biología se fusiona
con la informática, la epidemiología se familiariza con los smartphones, y el
coronavorus se encuentra con el Zoom. "Ni la CIA ni la KGB tuvieron las
herramientas suficientes para meterse dentro de las mentes de los ciudadanos,
pero pronto algunos sabrán lo suficiente de biología, acumularán
suficientes datos y tendrán suficiente poder de computación, para hackear
sistemáticamente a todos".
Aunque no lo
menciona, el panorama que cuenta Harari se parece al inquietante mundo
distópico escrito por George Orwell en su novela 1984, en el que el poder de un
estado totalitario es representado por el Gran Hermano, el líder sin rostro que
vigila a los ciudadanos mediante las omnipresentes pantallas.
Harari dice
que no hemos llegado al punto de no retorno y que aún estamos a tiempo de
regular el uso de esas tecnologías que considera invasivas.
Trump y la
polarización
Harari
también levanta señales de alarma sobre las tendencias populistas que
socavan la estabilidad de las democracias mediante la polarización de la
población.
"Los
líderes que promueven esta división premeditada de la sociedad, que la vuelven
contra sí misma, se presentan como nacionalistas y patriotas, pero son lo
opuesto. El patriotismo no tiene que ver con odiar a los extranjeros o a las
minorías, sino con amar a tus compatriotas y ser solidario con la otra gente de
tu país. Esta clase de líderes como Trump, Bolsonaro o Netanyahu están
destruyendo deliberadamente la solidaridad nacional para fortalecer su poder
político".
Esas
declaraciones, ofrecidas al diario español semanas antes de las elecciones de
Estados Unidos, demostraron la claridad de este profesor de historia de 44
años, que planifica meticulosamente sus dos horas de meditación diaria,
además de dedicar varias semanas anuales a aislarse en retiros de reflexión.
Esa
dedicación exclusiva a su actividad intelectual y emocional es posible gracias
a su esposo, quien coordina todos sus esfuerzos editoriales y dirige al equipo
encargado de responder emails, otorgar entrevistas y manejar sus redes
sociales.
Al explicar
su particular estilo de vida a un podcast estadounidense, Harari dijo que su
meditación no estaba dirigida a sólo a la relajación sino a ampliar el
conocimiento y el control sobre su mente. Declaró que, si su trabajo
es comprender y reflexionar sobre la historia de la humanidad, lo menos que
puede hacer es disponer de un poco de tiempo para pensar.
Fuente: yahoo
noticias en español. Imagen:
KRISTOF VAN ACCOM/BELGA MAG/AFP via Getty.