La milicia chíi, que nace en los 80 como movimiento social
contra la ocupación israelí, ha marcado el destino del Líbano en las últimas
décadas
En los años 70 el Líbano era
considerado como la "Suiza de Oriente Próximo". En junio de 2021 el
Banco Mundial consideraba que el país, uno de los más pequeños del mundo, del
tamaño de Soria, sufría "una de las tres crisis mundiales más graves desde
el siglo XIX". Aún no se ha recuperado.
Desde la guerra civil de 1975 vive
en conflicto permanente, interno por las pugnas entre las distintas
comunidades, y con el exterior, ya que es escenario de la pugna regional entre
Israel, su vecino, e Irán, cuyo régimen ampara a la poderosa milicia de Hizbulá,
que actúa como un "Estado dentro del Estado". Hizublá es el actor no
estatal más poderoso del mundo.
Del mandato francés al confesionalismo
Fue parte del Imperio Otomano y
cuando se desmoronó en 1918 el Líbano moderno estuvo bajo el Mandato Francés.
En 1943 alcanzó la independencia. Bechara El Joury,
primer presidente, Riad Al-Solh, primer jefe del gobierno y Emir
Majid Arslan II, primer ministro de Defensa, son los tres fundadores de la
moderna República del Líbano. Las tropas extranjeras se retiraron a finales de
1946.
El Líbano adquirió un modelo
político único, basado en un reparto del poder entre las confesiones religiosas
predominantes. De este modo, un musulmán suní ocupa el cargo de primer ministro
(Najib Mikati), un cristiano maronita es presidente (cargo ahora vacante tras
finalizar el mandato Michel Aoun) y un musulmán chií preside el Parlamento
(Nabih Berri).
El origen de Hizbulá
Las tensiones entre estos grupos
desembocaron en una guerra civil en 1975, que se prolongó hasta 1990, lo que echó
al traste su prosperidad económica. Beirut dejó de ser el centro financiero de
Oriente Próximo. Los suníes aumentaron demográficamente debido a la llegada de
refugiados palestinos. Los chiíes empezaron a sentirse marginados y a ver como
una élite dominante a los cristianos. En 1978 los israelíes invadieron el sur
del Líbano y en 1982 volvieron a hacerlo con el fin de expulsar a los
guerrileros palestinos que desde esta región atacaban Israel.
Según explica Kali Robinson, en un
artículo publicado por el Council on Foreign Relations, Hizbulá, que quiere
decir Partido de Dios, surge cuando "un grupo de chiíes, influidos por el
gobierno teocrático de Irán, se levantó en armas contra la ocupación israelí
(...) se ganó una reputación de extremista por sus enfrentamientos con milicias
chiíes rivales como el Movimiento Amal y por sus ataques contra objetivos
extranjeros, como el atentado contra los cuarteles de estadounidenses y
franceses en Beriut, en 1983, en el que murieron unas 300 personas".
En el manifiesto de 1985 este grupo
que nace como "movimiento social" fija sus objetivos: establecer un
Estado islámico en el Líbano, expulsar a Israel de los territorios ocupados y
aliviar el sufrimiento de los más necesitados. También prometía expulsar a las
potencias occidentales del Líbano, abogaba por la destrucción del Estado de
Israel y juraba lealtad al líder supremo de Irán.
Tras finalizar la guerra civil en
1990 el país se volcó en su reconstrucción. Estaban en busca de una nueva época
de prosperidad cuando en el verano 2006 se desencadenó la guerra entre Israel y
Hizbulá. El Líbano sufrió enormes daños materiales en sus infraestructuras. La
inestabilidad política y la fragilidad económica es ya una constante desde
entonces, con momentos especialmente graves como las protestas de otoño de
2019, motivadas por una descomunal crisis económica, o las consecuencias de la
explosión en Beirut de agosto de 2020, cuando murieron 230 personas y cientos
se vieron obligadas a desplazarse.
Quién manda en Hizbulá y dónde
están sus bastiones
A cargo de Hizbulá está Hasan
Nasralá desde 1992. Hasta el momento es una figura inalcanzable para Israel,
que sí acabó con el jefe militar de Hizbulá, Fuad Shukur, en junio pasado. Fue
un golpe brutal. En los ataques del viernes sobre Beirut cayó su jefe de
operaciones, Ibrahim Aqil. En su alocución del jueves, Nasralá aseguró que
Hizbulá no se doblegará y acusó a Israel de haber declarado la guerra a la
población del Líbano con sus ataques con explosivos en buscas y walkie
talkies de los días previos. Al menos 37 personas murieron y unas
3.000 resultaron heridas, pero sobre todo quedó desbaratado su sistema de
comunicaciones. Hizbulá quedaba noqueada.
La milicia chií controla gran parte
de las zonas de mayoría chií de Líbano, incluidas partes de Beirut, como
Dahiye, el sur de Líbano y la región oriental del valle de la Bekaa. Irán
proporciona la mayor parte del entrenamiento, las armas y la financiación de
Hizbolá, según el Departamento de Estado. También recibe cierto apoyo del
régimen de Bashar Al Assad en Siria.
Hizbulá en la política del Líbano
En 1992 ocho miembros de Hizbulá
fueron elegidos diputados. Fue su estreno en la política libanesa. Desde 2005
el Partido de Dios ocupa cargos en el gobierno.
En las últimas elecciones
nacionales, celebradas en 2022, Hizbulá y sus aliados perdieron varios escaños,
pero conservaron su influencia. Pasaron de 71 diputados a 61. "Son muchos
quienes han visto una derrota electoral de Hizbolá, un análisis que no
compartimos, ya que ha conservado, aun perdiendo varios escaños, una mayoría
destacada en el Parlamento. Por si eso fuera poco, los escaños de la comunidad
chií se los llevó el tándem chií, con 14 para el partido Amal del presidente de
la Cámara, Nabih Berri, y 14 para Hizbolá. A pesar de la pérdida de escaños de
su bloque parlamentario, Hezbolá mantiene su influencia, al conservar los
escaños necesarios para poder aprobar las leyes pactando con otros", escribe
Rita Chemaly, docente e investigadora afincada en Beirut en Política
Exterior.
Hizbulá opera como un gobierno en
las zonas bajo su control, sin que el Ejército libanés o las autoridades
federales puedan contrarrestarlo. Como señala Robinson, "gestiona una
vasta red de servicios sociales que incluye infraestructuras, centros de salud,
escuelas y programas para jóvenes". Así se ha ganado apoyo entre la
comunidad no chíi.
Hizbulá y su brazo militar
El Acuerdo de Taif, de 1989,
permitió a Hizbulá a conservar sus armas. El Instituto Internacional de
Estudios Estratégicos estimó en 2020 que la milicia contaba con hasta 20.000
combatientes activos y unos 20.000 de reserva, con un arsenal de armas
pequeñas, tanques, aviones no tripulados y varios cohetes de largo alcance. En
junio de 2024, los expertos especulaban con que Hizbulá tiene entre 150.000 y
200.000 cohetes y misiles de diverso alcance.
La Resolución 1559 del Consejo de
Seguridad de la ONU -adoptada en 2004- exigía la disolución y el desarme de
todas las milicias libanesas, con lo que Hizbulá estaría violando esta
resolución, según varios expertos. La Fuerza de la ONU en Líbano (UNFIL),
desplegada por primera vez en 1978 para restaurar la autoridad del gobierno
central, permanece en el país y parte de su mandato consiste en animar a
Hizbolá a desarmarse.
Desde septiembre de 2006 España
participa en la Unifil. En la actualidad son 650 militares desplegados en el
Líbano, donde han muerto 15 soldados españoles.
Tomado de El Independiente / España. Imagen: Europa Press.