El partido de Le Pen
logra su mejor resultado de la historia, la izquierda es segunda y los de
Macron quedan muy por detrás
PARÍS. CORRESPONSAL
La extrema derecha francesa ha obtenido este domingo su mejor
resultado de la historia, con un triunfo claro sobre la coalición de izquierdas
y dejando muy atrás a la alianza de partidarios de Emmanuel Macron, según las
proyecciones de los principales canales de televisión. Sin embargo, esta
victoria puede ser insuficiente para gobernar. Francia puede verse abocada a un
periodo muy difícil e inestable.
Las elecciones legislativas anticipadas se decidirán en el
segundo turno, el 7 de julio, y hay todavía margen para movimientos y sorpresas
significativas, dado el sistema electoral mayoritario, según el cual se elige a
un diputado, el más votado, en cada una de las 577 circunscripciones.
Según TF1, el Reagrupamiento Nacional (RN), el partido de Marine Le Pen, ha obtenido el 34,2% de votos, lo que podría significar entre 230 y 280 escaños. El Nuevo Frente Popular (NFP), con el 29,1% de apoyo, tendría entre 180 y 200 diputados. Los macronistas, que tenían 250 escaños, deberían conformarse con entre 60 y 90, gracias al 21,5% de votos. La derecha tradicional, Los Republicanos (LR) y grupos afines, conseguirían entre 30 y 50 escaños, con el 10% de sufragios.
Marine Le Pen compareció de inmediato ante la prensa para
decir que “la democracia ha hablado”. La tres veces candidata aseguró haber
sido elegida ya directamente en su circunscripción de Hénin-Beaumont al lograr
más del 50% de los votos. Según la dirigente del RN, los electores han
mostrado, “sin ambigüedad” su voluntad de “pasar página a los siete años de
poder despreciativo y corrosivo” de Emmanuel Macron. Le Pen alertó que todo
depende ahora de la segunda vuelta.
Macron, por su parte, trató de nuevo de justificar su
decisión, muy criticada, de disolver la Asamblea Nacional, el pasado 9 de
junio, y afirmó que la participación elevada prueba la voluntad del electorado
de “clarificar la situación política”. “Su apuesta democrática nos obliga”,
prosiguió el presidente en un comunicado emitido desde el Elíseo nada más
cerrarse los colegios. “Ante el Reagrupamiento Nacional, el momento es de una
amplia unión claramente demócrata y republicana para el segundo turno”,
concluyó el jefe de Estado.
Una de las razones de fondo del resultado es la pobre
implantación del partido de Macron, Renacimiento, en el territorio. Eso ha
devenido un hándicap insalvable. En estos años era la fuerza parlamentaria
hegemónica, aunque sin controlar apenas alcaldías de importancia ni regiones,
una superestructura centrada en París. A veces se habla del macronismo,
haciendo una metáfora, como un fenómeno hidropónico, esas plantas que viven sin
raíces en la tierra. Ese método puede ser útil para ciertos cultivos, pero es a
todas luces insuficiente para desarrollar un proyecto político duradero en un
país.
La primera vuelta se ha visto precedida de una movilización
intensa de los periódicos más hostiles al Reagrupamiento Nacional, que no han
dudado en dramatizar el momento en sus editoriales. El director de Le
Monde, Jérôme Fenoglio, escribió él mismo el suyo, bajo el título de
“Preservar nuestra democracia”. Según Fenoglio, en estas elecciones -sobre todo
la segunda vuelta- se corre el riesgo “de deshacer todo lo que se ha
construido” en dos siglos y medio, es decir, desde la Ilustración y la
Revolución Francesa. Libération, buque insignia del pensamiento de
izquierdas, llamó en su último número, en portada, en grandes caracteres, a la
“movilización general contra el RN”. “Dejar ganar a la extrema derecha es abrir
un bulevar al odio al otro”, tituló su editorial.
Texto tomado de La Vanguardia / España. En la imagen, Jordan Bardella, candidato a Primer Ministro
de la ultra derecha francesa.