La masiva masa de hielo tiene placas
de 400 metros de grosor, pesa casi mil millones de toneladas y su superficie
abarca unos 3.600 kilómetros cuadrados.
El iceberg más
grande y antiguo del mundo, conocido como A23a, se desprendió del vórtice
oceánico que lo mantenía sujeto y ahora navega por el océano
Antártico en dirección a aguas más cálidas, informaron científicos
del British Antartic Survey (BAS). Frente a este descubrimiento, los expertos
buscan saber qué impacto tendrá en el ecosistema local.
El megaiceberg tiene placas de 400 metros de grosor, pesa casi mil millones de toneladas y su superficie abarca unos 3.600 kilómetros cuadrados, constataron los científicos del BAS después de examinar imágenes satelitales.
Los
expertos estiman que el enorme bloque de hielo seguirá la corriente Circumpolar
Antártica, que probablemente lo empujará hacia las islas Georgias del Sur --un
archipiélago ubicado en el océano Atlántico Sur--. Allí, según las previsiones
científicas, se encontrará con aguas más cálidas que previsiblemente lo
romperán en icebergs más pequeños hasta que se termine derritiendo.
"Estamos
interesados en ver si tomará la misma ruta que otros grandes
icebergs que se han desprendido de la Antártida. Y lo que es más
importante, qué impacto tendrá esto en el ecosistema local", apuntó Andrew
Meijer, uno de los expertos del BAS. En la misma línea agregó que es
"emocionante" ver a A23a en movimiento nuevamente.
El A23a,
cuyo tamaño equivale 20 veces a la superficie que ocupa la Ciudad de Buenos
Aires, se desprendió en 1986 de la plataforma de hielo antártica Filchner,
cuando se resquebrajó en tres partes más pequeñas.
Desde
entonces, los expertos siguieron sus pasos atentamente y detectaron que a
principios de abril de este año, A23a entró en la Corriente Circumpolar
Antártica (ACC) --conocido como Columna de Taylor--, un gigante que mueve
cien veces más agua alrededor del mundo que todos los ríos de la Tierra
combinados. Así, el A23a se mantuvo girando sobre un punto y retrasando al
mismo tiempo su viaje hacia el norte.
Deshielo de los polos: una de las
consecuencias del calentamiento global
Dos
estudios en los que participó la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH),
publicados en julio 2024, develaron que la pérdida de las masas de hielo de
Groenlandia y la Antártida, generada por el cambio climático, altera
el eje de rotación de la Tierra e incrementa, aunque de forma muy leve, la
duración del día.
Según los
expertos, el agua de las regiones polares fluye hacia los océanos,
especialmente hacia la zona ecuatorial, lo que produce un desplazamiento de
masas que afecta a la rotación del planeta.
Durante
milenios, la duración del día ha aumentado gradualmente unos pocos milisegundos
por siglo (en inglés ms/cy), debido en gran medida a la atracción gravitatoria
de la Luna, que ralentiza gradualmente la rotación terrestre.
A eso se
sumó la pérdida de las capas de hielo y los glaciares producto del
cambio climático, que está aumentando la duración del día en unos
milisegundos respecto a los 86.400 segundos actuales, debido a que el agua
fluye desde los polos hacia latitudes más bajas y, por tanto, ralentiza la
velocidad de rotación.
Tomado de Página 12 / Argentina. Imagen:
NA