- Se
trata de la columbina o paloma ojiazul.
- La
especie llegó a ser considerada extinta por 75 años, hasta que en 2015
encontraron un par de ejemplares.
La posible procreación en cautiverio se ha convertido
en la principal esperanza de Brasil para salvar de su
extinción a una especie de ave amenazada, que se creía extinta hasta 2015 y
de la que tan solo quedan 17 ejemplares.
Se trata de la columbina o paloma ojiazul (Columbina
cyanopis), conocida en Brasil como rolinha-do-planalto, una de las especies más
amenazadas del mundo y que se creía extinta hasta que el ornitólogo Rafael
Bessa la avistó en una región aún preservada del Cerrado, la sabana brasileña.
La especie llegó a ser considerada extinta por 75 años. Su último registro antes del redescubrimiento data de 1941, cuando fueron capturados cinco ejemplares y enviados a museos.
Su preservación se convirtió en una de las prioridades de la
organización no gubernamental Save Brasil, que en 2016 adquirió 593 hectáreas
en una región rural de Botumirim, municipio del estado de Minas Gerais, para
crear la Reserva Natural Rolinha-do-planalto.
Los esfuerzos permitieron que la población inicial de 12
ejemplares subiera hasta al menos 15 el año pasado, pero
un nuevo censo realizado este año tan solo contabilizó 11 y un inusual y
preocupante desplazamiento de las aves hacia una región más preservada y de
difícil acceso de la reserva.
Nada de humanos cerca
La situación encendió alertas y obligó a Save Brasil,
como medida preventiva, suspender las visitas públicas al parque, que
se habían convertido en una atracción turística.
Desde entonces, las esperanzas de preservación están
centradas en un proyecto de reproducción en cautiverio de la especie
desarrollado a unos 1.885 kilómetros de distancia por el Parque das Aves, una
institución científica ubicada en Foz de Iguazú, en la frontera de Brasil
con Argentina y Paraguay.
"En 2019 tuvimos una reunión de 15 organizaciones
nacionales e internacionales y concluimos que una de las mejores posibilidades
de salvar la especie es crear una población de seguridad fuera del ambiente
natural para aumentar el número de individuos y, cuando tengamos condiciones y
un número estable, reintroducirlos a la naturaleza", explica la directora
técnica del Parque das Aves, Paloma Bosso.
Para el proyecto, el Parque das Aves recibió dos
huevos de la especie en 2023, otros dos en 2024 e igual
número en abril de 2025, que fueron incubados artificialmente y permitieron
el nacimiento de seis polluelos.
El parque ya cuenta con tres machos y tres hembras
"Por coincidencia son tres machos y tres hembras, lo que
nos anima, pero aún no tenemos ninguna pareja formada. Los dos últimos son
animales muy jóvenes que aún no están en condiciones reproductivas
pero los más antiguos, sí. Tenemos muchas expectativas, les estimulamos el
ambiente y les ofrecemos material para que monten nidos, pero hasta ahora no
tenemos ningún resultado (de reproducción)", admite la
veterinaria.
Los dos pajaritos en los que cifran esperanza
La especialista señala que la mayor esperanza recae en una
pareja formada por un macho nacido en 2024 y una hembra de 2023,
aunque avisa que todavía se necesita tiempo para que "desarrollen química
entre ellos".
La idea es que puedan copular y poner huevos fértiles, que
serán incubados artificialmente para tratar de tener un mayor éxito.
"Esperamos tener resultados en breve. Contamos con
especialistas capacitados que tienen conocimiento de la temperatura, la
humedad, el tiempo necesario de incubación de esos huevos", dice.
Uno de los mayores desafíos para salvar la paloma ojiazul ha
sido recrear el ambiente del bioma del que proceden, la sabana
brasileña, con vegetación de la región.
Otro gran desafío ha sido reproducir en laboratorio el
sustrato líquido rico en proteínas y grasas que las hembras procesan en su
sistema digestivo y que regurgitan para alimentar a los polluelos.
Según la bióloga, la reintroducción de esas aves a su reserva
natural exigirá tiempo, cuidados y muchas etapas, la primera de las cuales es
contar con una cantidad de animales suficiente para su reproducción.
"Los polluelos que serán seleccionados para la
reintroducción tendrán que pasar por varias pruebas, inicialmente las
sanitarias, pero también de comportamiento, que demuestren que están aptos
para reconocer posibles predadores, incluyendo los humanos, para
buscar alimentos solos y para encontrar parejas para reproducirse",
afirma.
EFE – Tomado de Clarín
/ Argentina.