Dalí, pintor universal, de poderosa y controvertida
personalidad, fundador del movimiento surrealista. Amigo de la república pero
también del franquismo, amigo de Buñuel, artista multimedia, partícipe del
merchandising artístico nacido en el siglo XX, virtuoso de la técnica
pictórica, nos ocupamos aquí de sus escarceos con el ambiente revolucionario de
la ciencia del siglo pasado.
DALÍ Y LA MECÁNICA CUÁNTICA
Desde 1940 se interesó por la teoría cuántica de Planck, que le llevó en los cincuenta a preocuparse por la estructura atómica, dando lugar a su pintura corpuscular y a lienzos como Santo rodeado de tres pi-mesones, en clara alusión a la física de partículas casi recién nacida. En 1958 escribe Manifiesto antimateria, reminiscencia de la teoría de Heisenberg.
LA PROPORCIÓN ÁUREA
de esta proporción, le ayudó a calcular las dimensiones para este espléndido cuadro mitológico. Es llamativo puesto que basta trazar para ello un pentágono y sus diagonales, la proporción viene dada.
DALÍ ATOMICUS. FOTOGRAFÍA DE HASELMAN.
1948
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Las tres esfinges de Bikini.
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EL SECRETO DE LA HERENCIA Y EL ADN
Dalí
quedó fascinado por el descubrimiento del ADN, el ácido desoxirribonucleico,
término que le cautivó, amigo como era de la extravagancia. Cuenta uno de los
padres del ADN, James Watson, que fue a visitarle a un hotel en Nueva York
donde se hospedaba Dalí y que le envió una nota que decía: “El Segundo hombre
más brillante del mundo quiere conocer al primero”, y que Dalí inmediatamente
bajó a conocerle. Sin embargo, mientras para Dalí el ADN demuestra la
existencia de Dios, de ahí sus cuadros con alegorías místicas al respecto, para
Watson “la doble hélice es la no necesidad de Dios”.
GALACIDALACIDESOXIRIBONUCLEIDACIDA. 1963 |
ÁRABES ÁCIDODESOXIRIBONUCLEICOS. 1963
En el curso de una charla con Philippe Bern y Daniel Abadie, a la pregunta «¿Los científicos con los que usted se encuentra le toman siempre por loco?», Salvador Dalí respondió: «Todos, por el contrario, me encuentran simpático y comentan de mis declaraciones: “Pues no dice tantas tonterías como parecía”. Mi única ventaja es que no conozco nada de nada, así que puedo hacer funcionar mis caprichos más caprichosos y más irracionales basándome en mis pequeñas lecturas. Y como estoy dotado de cierta genialidad, de vez en cuando digo algo que no les parece tan improbable».
En el curso de una charla con Philippe Bern y Daniel Abadie, a la pregunta «¿Los científicos con los que usted se encuentra le toman siempre por loco?», Salvador Dalí respondió: «Todos, por el contrario, me encuentran simpático y comentan de mis declaraciones: “Pues no dice tantas tonterías como parecía”. Mi única ventaja es que no conozco nada de nada, así que puedo hacer funcionar mis caprichos más caprichosos y más irracionales basándome en mis pequeñas lecturas. Y como estoy dotado de cierta genialidad, de vez en cuando digo algo que no les parece tan improbable».