Voto
con Propósito: El Camino Hacia el Cambio en Venezuela
Hoy los venezolanos se enfrentan a
un dilema que surge de dos visiones opositoras enfrentadas: votar o no votar.
Esto ha acrecentado las diferencias y una división que parece centrarse en
quién dirige la oposición y no en cómo alcanzar los cambios y resolver los
problemas que demanda el pueblo venezolano.
Sin embargo, la voluntad de cambio
de los venezolanos sigue intacta; el 28 de julio de 2024 la mayoría del país
envió un claro mensaje, que quienes hoy gobiernan están negados a escuchar. Un
mensaje de cambio real que no se imponga por la fuerza ni la violencia, sino en
paz y por la vía electoral.
Ese cambio no lo encarna una
persona, ni un partido político, es un sentimiento colectivo que surge de la
inmensa frustración de un pais que ha sido testigo de cómo el proceso político
liderado por quienes han estado al frente del estado venezolano por los últimos
26 años, ha impactado negativamente en las condiciones de vida de los
venezolanos.
Los venezolanos no votaron para cambiar a una persona por otra, ni para que un grupo político sustituyera al otro. Los venezolanos votaron para expresar el hastío hacia las políticas que terminaron cercenando el futuro, el bienestar y las oportunidades de progreso; votaron para rechazar un sistema corrupto e incapaz que ha menoscabado las posibilidades de una sociedad que lucha por sobrevivir, tanto dentro como fuera de Venezuela, empujando a millones a tomar la difícil decisión de emigrar. No fue por moda, ni el efecto de una campaña publicitaria; fue en busca de oportunidades y calidad de vida que les fue negada en su propia tierra.
Este proceso de más de 26 años debe
servirnos como lección de lo que ha significado cada error y el costo que ha
pagado todo un país por la incapacidad de generar espacios de entendimiento
político para salir de la crisis. Un conflicto que, de manera inútil e incesante,
ha buscado la extinción del adversario, del que piensa distinto.
Es momento de construir un camino
compartido que nos aleje de los extremos del todo o nada, del inmediatismo
que durante más de dos décadas solo ha dejado persecución, división,
frustración y atraso. Un camino que nos permita superar la crisis dentro del pacto
de convivencia que nos otorgamos los venezolanos: nuestra Constitución.
Una parte significativa del país y
de la dirigencia parece haber aprendido la lección: “no hay salidas mágicas,
unilaterales ni inmediatas”. Se requiere realismo para enfrentar los
desafíos que tenemos por delante, lo que implica abrir espacio a esa voluntad
de cambio que sigue viva en los venezolanos. No es este el momento para
repartir cargos ni cuotas de poder; tampoco para determinar qué partido o líder
es menos pequeño. Es el momento de construir una unidad nacional amplia que nos
permita trazar una ruta democrática y viable que nos conduzca al estado de
bienestar, prosperidad y futuro que Venezuela demanda.
El voto, hoy más que nunca debe
tener un propósito claro: unificar a la nación para solucionar el déficit
democrático, construir soluciones a la crisis y edificar las condiciones
necesarias para reconocer a todos los venezolanos y alcanzar los acuerdos
enmarcados en la Constitución.
Desde Centrados en la Gente siempre
trabajaremos para defender la Constitución y los derechos de un pueblo que debe
ser escuchado. Nunca hemos creído en paralelismos entre gobierno y oposición,
nunca apoyaremos sanciones que asfixien al pueblo venezolano por fines
políticos. Nuestra visión es soberana y creemos que las soluciones deben ser
construidas por venezolanos para venezolanos.
Nuestro joven movimiento ha
demostrado un firme compromiso con la gente y con la democracia. En el 2021
apoyamos a los candidatos naturales de cada región, y en 2024 presentamos una
visión de país incluyente, responsable y democrática. Asumimos la defensa de la
Constitución y la voluntad popular expresada por los venezolanos; acudimos a
las instituciones del Estado, dimos la cara y sumamos voluntades en la lucha
democrática. Por ello, hoy nuestro líder, Enrique Márquez, defensor de la
Constitución y la ruta democrática, se encuentra privado de libertad. Esta
situación debe corregirse, pues nadie debe estar encarcelado o perseguido por
sus ideas o posiciones políticas.
Voto con Propósito
En el 2005 la oposición optó por la
abstención, un error reiterado, cuyo costo seguimos pagando los venezolanos.
Aquella estrategia permitió al gobierno partidizar y controlar todas las
instituciones del Estado, alejándolas día a día de lo consagrado en la
Constitución. El Estado fue desmantelado sistemáticamente para dejar de servir
a los venezolanos y ponerse al servicio del partido gobernante. Esta situación
debe ser corregida mediante los acuerdos necesarios en el marco de la
Constitución, desde una nueva Asamblea Nacional.
La búsqueda de Centrados en la
Gente no es por repartir cuotas ni posiciones partidistas, sino por construir
una ruta política que nos permita reconocernos, regresar a la Constitución,
fortalecer la democracia, las instituciones y rescatar los derechos
fundamentales de los venezolanos. Esa ruta debemos construirla juntos, más allá
de los partidos o individualidades, con amplitud, claridad, honestidad y
compromiso.
El voto es la piedra angular de la
democracia, un acto que trasciende lo individual para convertirse en un
instrumento colectivo de transformación. En Venezuela, un país marcado por
profundas divisiones políticas y crisis socioeconómicas, el ejercicio del
sufragio adquiere un valor simbólico y práctico aún mayor. A pesar de los
desafíos posteriores a las elecciones presidenciales, la participación
ciudadana y la expresión de opiniones reafirman la convicción de un pueblo
decidido a defender sus derechos y detener la deriva totalitaria.
El poder de cada voto no es solo un
derecho; es un mensaje de dignidad. En 2024, cada voto representó: Un rechazo a
la indiferencia, la posibilidad de decidir en medio de la crisis económica y
los riesgos personales, un llamado a exigir que los gobernantes rindan cuentas.
Una semilla de futuro que la participación masiva evidenció. Que la demanda por
democracia persiste.
Las elecciones de 2024 y sus
secuelas confirman que, en Venezuela, el voto es más que un ritual: es un acto
de convicción democrática en la posibilidad de cambio. Mientras existan
ciudadanos dispuestos a alzar la voz en las urnas, en las calles o en
plataformas digitales, la esperanza de un diálogo nacional inclusivo seguirá
viva. La historia demuestra que, tarde o temprano, la voluntad colectiva
triunfa.
Desde Centrados en la Gente, hemos
trazado en nuestra acción política la defensa del voto y la Constitución. No
solo por coherencia, sino por convicción de que “la ausencia de democracia se
combate con más democracia”. Por ello ratificamos una vez más la decisión
de abrazar el voto y la participación como la viva expresión de un país
decidido a cambiar y vivir en paz.
¡DEFENDER LA CONSTITUCIÓN NO ES
DELITO!
¡LIBERTAD PARA ENRIQUE MÁRQUEZ Y
TODOS LOS PRESOS POLÍTICOS!
Caracas, 27 de febrero de 2025
Dirección Nacional de Centrados
en la Gente