Por
Rafael Blanco* / Opinión
Los
electores venezolanos estamos sometidos a una manipulación y bombardeo mediático
por los intereses nacionales e internacionales de toda índole que pululan sobre
el acontecer nacional. Si votamos, complacemos o validamos al gobierno. Si no
votamos, deslegitimamos al gobierno, dicen.
Tales premisas son falsas y tendenciosas, ambas sustentan los intereses sectoriales de los principales bandos en pugna y sólo pretenden arrastrarnos a sus distintas trincheras políticas.
Desde UNIÓN PROGRESO, tenemos una perspectiva distinta, participamos porque creemos
que la lucha debemos darla desde adentro, en el escenario constitucionalmente
válido para tal fin, cual es la Asamblea Nacional de la República, cuyo asiento
está en el Palacio Federal de Venezuela.
Hemos
acompañado desde el 2014 todas las políticas diseñadas por quienes controlan la
oposición formalmente reconocida desde entonces, con sus aciertos y con sus
salidas, hemos marchado y sufrido de la violencia gubernamental, y sin vacilar
hemos estado presentes dando la pelea.
Todo
tiene sus límites, embarcarnos en un plebiscito refrendario sin mayor jerarquía
que el entusiasmo y la emoción de quienes lo organizan con el propósito de
darle un inexistente piso jurídico a un supuesto "gobierno legítimo",
cuya legitimidad se agota el 5 de Enero del 2.021 y crear la ficción de una
prórroga parlamentaria cuya sostenibilidad responde a la geopolítica y los
intereses contrapuestos de países ajenos al nuestro, no creemos sea la ruta
correcta y no la respaldamos por ingenua e inconsistente.
Pero...,
tampoco es nuestro propósito legitimar o convalidar un gobierno cuya política
se basa en la fracasada estrategia del Socialismo del Siglo XXI, causante
esencial y principalísima de la catástrofe política, económica, social y de
todos los órdenes que nos afecta a los venezolanos por igual.
Estamos
convencidos que para resolver la tragedia venezolana es menester salir no sólo
de Maduro, sino de todos quienes hoy ostentan y defienden al Socialismo del
Siglo XXI y sus malas prácticas políticas.
Eso
no lo alcanzaremos con un choque de trenes como fórmula mágica para resolver el
empate catastrófico existente entre gobierno y oposición, donde ninguno ha
podido desplazar o doblegar al otro, ni tampoco convirtiendo nuestro suelo
patrio en campo de ensayo de las innovaciones armamentistas de gobiernos
extranjeros, vengan de donde vengan, porque ambos extremos tienen sus aliados.
Pues
NO, seguimos abogando por una salida democrática, pacífica, política, y
electoral, mediante el ejercicio del VOTO, aunque la credibilidad y
confiabilidad del VOTO esté muy cuestionada, por la falta de integridad
política y la dudosa conducta de quienes están llamados a garantizar un proceso
pulcro y hacen todo lo contrario cuando cambian, manipulan, y torpedean el
proceso electoral con la infame intensión de provocar la abstencion ciudadana
como el camino expedito para sostenerse en el poder sin mayor esfuerzo.
Pues
bien, repudiamos someternos a tal proceder participando, denunciándolos y
estando dispuestos a alcanzar el mayor número de voceros parlamentarios posibles,
a pesar de tales arbitrariedades.
Ni
el 6 de Diciembre 2020, ni el venidero 5 de Enero 2021, son una meta para
nosotros, tan sólo son el comienzo de un proceso político, que en principio nos
identifique como defensores de la paz y la concordia entre los venezolanos, que
abogaremos por una solución política y pacífica que desplace a este gobierno
causante de esta tragedia nacional, que nuestra voz sea la de los más urgidos y
para ello es necesario alcanzar, más allá de la trampa gubernamental, esos representantes
parlamentarios de los que no queremos seguir con este gobierno, pero que
tampoco deseamos invasiones ni posturas guerrerista.
*Coordinador
de Unión Progreso en Carabobo.
