Artículo
de opinión
Comienzo por aclarar que nunca conocí a Oscar Pérez e
inclusive rechacé la acción inicial cuando se llevó un helicóptero del CICPC,
sin embargo, creo que la ética de los cuerpos policiales no responde ni a
izquierda ni a derecha en la Venezuela de hoy. Quien hace armas contra el
gobierno sin duda se expone a las reacciones de éste, reacciones que variarán
según el adoctrinamiento, los valores, el adiestramiento y las cualidades de
los funcionarios y sus líderes.
En la cuarta República conocimos varios hechos repudiables
para la opinión pública nacional por los excesos cometidos por los cuerpos de
seguridad. Podemos recordar por ejemplo el caso Cantaura y, seguro algunos
querrán diferenciar entre guerrilleros y fascistas o combativos de izquierda y
paramilitares de derecha. Lo que sí es cierto, es que ambos luchan contra el
Estado constituido y éste los combate.
Si apartamos lo ideológico y vamos a los hechos no
conseguiremos mayores diferencias entre una u otra actuación. Si vemos la
secuencia de videos del día de ayer, seguro nos quedarán muchas interrogantes
como por ejemplo: ¿Por qué si se estaba negociando con un Mayor al final se
terminó en combate cerrado con el uso inclusive de armas anti tanque? Lo ideal
era terminar la negociación y poder obtener de los detenidos toda la
información que es de interés para la seguridad del Estado.
También es importante aclarar la presencia de civiles armados
en combate contra la célula de Oscar Pérez. ¿Será cierto?
Desde mi experiencia puedo decirles que en el 2004 me
correspondió trabajar durante un año lo referente a la infiltración de 150
paramilitares colombianos a nuestro territorio. Después de un año de procesar información
se dio con el paradero del grupo invasor en El Hatillo y se procedió a su
captura.
Entendiendo lo complejo del comando y control de ese tipo de
operaciones yo mismo asumí el mando de la unidad especial y procedimos a la
captura, que se logró SIN DISPARAR UN TIRO. Ese día sentado en Daktari
reflexionaba con los funcionarios que querían acción y combate y les decía: “el
mejor combate es el que se gana sin bajas, además, si actuamos a la antigua
usanza entonces donde está la revolución?” Y fue así como todos esos personajes
fueron puestos a orden de los tribunales militares y enjuiciados según el
Estado de derecho.
Considero conveniente revisar a fondo el procedimiento
realizado porque deja entredicho la confianza que podamos tener en nuestros
cuerpos de seguridad. Y la reflexión final es que nadie, en esta Venezuela de
hoy, puede pensar que por la vía violenta va a poder cambiar el rumbo del país
Se aproximan unas elecciones y es allí donde logrando la
unidad nacional, la unidad superior, podremos cambiar el rumbo de nuestra nave:
VENEZUELA.
Aprovecho de extender mis condolencias a los familiares de
cuantos perdieron sus vidas el día de ayer, ante todo somos humanos y
venezolanos.