Hace ahora dos años
Marruecos anuló en el último momento unas maniobras militares conjuntas con
Estados Unidos en protesta por una propuesta de Washington en la ONU sobre el
Sáhara que Rabat consideró hostil. Entonces, Washington terminó retirando su
propuesta que consistía en dar a la misión de la ONU en el Sáhara un papel en
la vigilancia de los derechos humanos. Es la única misión que no los tiene.
El pasado lunes, las
autoridades de Casablanca anularon también in extremis la inauguración de la
primera planta de Ikea en Marruecos y el Magreb, dejando en el aire una
inversión de más de 40 millones de euros.
En el caso de Ikea,
hubo una razón oficial, como era la falta de un "permiso de conformidad
urbana", y otra verdadera, que hasta la agencia de noticias marroquí MAP
ha reconocido: la represalia del gobierno central por el supuesto proyecto del
gobierno sueco de dar un paso adelante en sus simpatías con la causa saharaui y
reconocer la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).(...)