Las elecciones departamentales fueron un revés para el socialismo francés
Las elecciones de ayer ratifican el triunfo de Sarkozy. Y si bien la
ultraderecha de Le Pen no logró quedarse con ningún departamento, sus
abultados porcentajes la ubican como tercer actor político central.
Para Sarkozy, “los franceses rechazaron masivamente la política de François Hollande”.
Por Eduardo Febbro
El mapa de Francia cambió de color político. La segunda vuelta de
las elecciones departamentales consagró la resurrección de la derecha
liderada por el ex presidente Nicolas Sarkozy al mismo tiempo que
certificó sin ambigüedad alguna el fin del bipartidismo en el país a
través del arraigamiento de la extrema derecha del Frente Nacional como
tercer actor político central. Los socialistas perdieron una abrumadora
cantidad de departamentos, entre ellos los de Essonne, Corrèze,
Seine-Maritime, Deux-Sèvres y el Norte, es decir, en orden, los
departamentos del primer ministro, el presidente de la República, el
ministro de Relaciones Exteriores, el de la Ecología y el de la ex
primera secretaria del PS y autora de la ley sobre las 35 horas
semanales de trabajo, Martin Aubry. Una bomba para el Ejecutivo y para
Francia que el jefe del Ejecutivo, Manuel Valls, no tardó en reconocer
cuando dijo que se trataba de “la marca de un trastorno duradero en el
paisaje político de nuestro país”. Si bien la ultraderecha no logró
quedarse con ningún departamento, sus abultados porcentajes la izan a un
estatuto sin precedentes. Marine Le Pen, la hija del fundador del
Frente Nacional y actual líder del movimiento, consideró que estos
resultados eran “el zócalo de victorias futuras”. Su análisis de la
jornada electoral es pertinente. Marine Le Pen recalcó que “el hecho
histórico de esta noche es la instalación del Frente Nacional como una
fuerza política potente en numerosos territorios”.(...)