Aumento general de sueldos y
salarios
Algunos líderes políticos y
sociales han planteado recientemente la conveniencia de que se decrete un
aumento general de sueldos y salarios dado el incremento significativo de la
inflación. La propuesta luce lógica, estamos hablando de un crecimiento del
índice de inflación anualizado que ya bordea el cincuenta por ciento (50%).
Ahora bien, un aumento puro y simple, decretado por el gobierno o
aprobado mediante una ley por la mayoría oficialista en la Asamblea Nacional,
sería insuficiente. Se trata más bien de convocar a todos los actores de la
vida económica del país para consensuar una política que aparte a la nación del
peligrosísimo camino de la hiperinflación. Deberían ser convocados con este propósito
todas las centrales sindicales nacionales, todos los organismos empresariales,
las escuelas de economía de las universidades del país; por supuesto, el
gobierno, quien debe ser el promotor de una iniciativa como esta, y hasta el
mal llamado poder popular; todos alrededor de una mesa donde se acordarían
aumentos significativos de sueldos y salarios pero, al mismo tiempo,
compensaciones, sobre todo para los pequeños y medianos empresarios. Este
espacio debe servir también para trabajar en el diseño de una nueva estrategia
de desarrollo económico que permita recuperar la confianza. Nadie sensato puede
negar hoy que en materia económica estemos transitando por terrenos movedizos
que amenazan con atascar aun más la economía patria. El gobierno debe entender
que debe modificar su conducta sectaria, que está obligado a consultar, que
solo no puede. ¿Rectificaran?. Esa es la gran pregunta.