Papá Noel no siempre fue un hombre
mayor con barriga y barba al servicio de los juguetes y los niños. Descendiente
de San Nicolás, de Odín y del Coco, Papá Noel fue también un profano vendedor
de refrescos y jabones, libertino y bebedor.
"Papá Noel fue profano antes de
ser religioso y ha vuelto a ser profano", resume Jean-Pierre Guéno, autor
del libro recién publicado en Francia 'Cher Père Noël' ('Querido Papá Noel').
Es conocido San Nicolás, patrón de
los niños, aparecido en el año 343 con su mitra y su báculo. Pero los nórdicos
veneraban también a Odín y a Papá Noel, subraya Nadine Cretin, historiadora y
especialista en la figura de este último. Odín viajaba a caballo y tenía una
larga barba blanca.
Los Celtas celebraban la llegada de
la estación "oscura" con la fiesta de Samhain, durante la cual ya
había que "hacer regalos a los niños, depositarios del futuro",
explica Cretin. Una tradición parecida a la de Halloween y Navidad.
Con los regalos, llegaron los
"donantes" y, en la genealogía de Papá Noel, en ese rol aparecen las
figuras de San Nicolás, Santa Claus o el niño Jesús, según las distintas
religiones.
Algunos personajes tienen una imagen
ambigua, amable e inquietante. Así, no lejos de San Nicolás se encontraba el
Coco o, en Italia, la bruja Befana, que deja carbón a los niños que se portan
mal, como los Reyes Magos en España.
Con el siglo XIX se multiplicaron las
representaciones de Papá Noel. Su imagen actual se concretó en Estados Unidos
gracias al ilustrador Thomas Nast, (...)