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14 septiembre, 2010

PLAZA CARACAS… ENTRE CARAQUEÑOS TE VEAS


Esto se puede leer en una de las paredes de Caracas

Giuseppe Pipitone
El caraqueño “mal educado”

No puedo culpar a la gente de Caracas por tener un comportamiento violento y que anden mal encarados la mayor parte del día y es que esta es una ciudad convulsionada y por muchos factores: la capital ha crecido mucho y tenemos las mismas vías que en 1980, cosa que produce unas colas interminables que se traduce en estrés, los servicios públicos se encuentran en un estado deplorable –lo cual tiende a empeorar-, los hospitales prestan un servicio muy malo, en fin, todo es un caos. Esto, aunado al lenguaje impulsivo que proviene de nuestras altas autoridades –que deberían ser ejemplo a seguir-, ha hecho que los caraqueños permanezcan irritados la mayor parte del tiempo y no es para menos. En las calles podemos ver de todo: gente que se grita, madres que les pegan a sus, policías abusando de su autoridad, motorizados armados y amenazando a la gente que anda en sus vehículos, atracos por doquier, todo bajo la mirada inclemente de las “autoridades”. El caraqueño dejó de ser aquella persona cordial, abierta a la conversación y al debate civilizado. Creo que desde el gobierno regional y nacional, se debería hacer algo por recuperar esta condición tan necesaria para vivir en paz y en democracia. Habría que comenzar por bajar el tono del discurso presidencial que, a diario, por medio de cadenas radiales y televisivas, carga a la gente de mensajes que inducen a odiar al prójimo, todo esto a causa de un color e ideología política. La gente está cansada de todo esto y el pueblo tiene sus razones, pues han sido 11 años de continuas batallas electorales, de discursos cargados de rencor. Para quienes vienen del interior del país, donde se vive de una forma diferente a la caraqueña, con menos bullicio y donde la política tiene menor grado de cabida, el capitalino es un mal educado y una persona arrogante, pero antes de emitir una opinión, todos deben entender lo que a diario tiene que soportar el caraqueño común, desde cuando salen de sus casas, hasta cuando llegan a sus respectivos hogares, pues un día normal se convierte en un calvario para la gente que aquí habita. Además, los caraqueños no cuentan con muchos espacios naturales para el esparcimiento, los parques son muy escasos y los que existen, la mayoría, son inseguros: ni se escapan los que prefieren caminar por el Ávila los fines de semana, dado que se han ofrecido reportes de excursionistas que han sufrido robos y secuestros. Sería injusto decir que la gente de caracas, ciertamente, es mal educada, creo que es más prudente decir, a modo de conclusión, que todos somos víctimas de lo que nos rodea. Estoy seguro que los niños y jóvenes reciben buena educación en sus casas, pero la sociedad los obliga a tener ese tipo de comportamientos.